Gaby Castellanos es una de esas personas que, en una sola frase, te transmite un concepto, una idea muy compleja. Por eso es una pasada ir a cada charla, porque siempre te da motivos para reflexionar, y, en mi caso, para escribir un post.
Todos los que trabajamos en social media hemos escuchado una y mil veces eso de “no hagas social media, sé social media”, lo que implica toda una actitud en sí misma. El problema es que en la gran mayoría de ocasiones, ser social media se entiende como tener un perfil en Facebook, otro en Twitter y, como mucho, otro en Google Plus. Y, sin lugar a dudas, eso no es el Social Media.
El Social Media, como digo, es actitud, y esta actitud se refleja muy claramente en la frase de Gaby Castellanos que da título a este artículo:
“Yo no tengo fans ni followers, yo tengo cómplices”
Las redes sociales van de interacción, información y relaciones. No estamos en redes sociales para competir por seguidores o fans, sino para crear una relación especial de la marca con los usuarios.
No importa las acciones que realicemos si no llevan como objetivo último, aparte de vender, generar interacción con los usuarios, tratar de lograr que sean nuestros propios usuarios los que prescriban el producto o servicio que ofrecemos, y, por supuesto, que se enganchen a nosotros.
Tanto si somos profesionales como si gestionamos los perfiles sociales de una marca, los usuarios quieren sentir que estamos a su lado, quieren crear una relación especial con nosotros para sentirse absolutamente únicos. No son fans, no son followers, son cómplices. Cómplices que se sientan parte de la marca o, en caso de ser freelance, que nos sientan muy cercanos, muy próximos.
Precisamente, el problema está en que son muchos profesionales y muchas marcas los que consideran que los usuarios que les siguen en los distintos canales sociales son simplemente gente que está ahí para inflar nuestro ego. Nada más lejos de la verdad. Cada uno de los usuarios que leen la información que compartimos, que retuitean cada mensaje que compartimos o que hacen “me gusta” en nuestras fanpages, son cómplices de un proyecto mayor, que comparten nuestra visión y se sienten cómodos con nosotros, que les gusta escucharnos y saber que, cuando nos hablan, contestamos.
No son followers. No son fans. Son, una vez más, cómplices.