Y en el orígen de los tiempos el usuario dijo: “Háganse los contenidos”.
Y el contenido se hizo realidad.
Empezaron a aparecer artículos escritos en blogs y webs, comenzaron a verse infografías, vídeos y presentaciones en Powerpoint acerca de una gran cantidad de temas diferentes a lo largo y ancho de todo el universo dospuntocero.
Las marcas por fin comenzaron a entender cuál es la importancia de los contenidos, comprendiendo que el contenido es el origen de cualquier estrategia de marketing de calidad y bien planteada, puesto que es el contenido lo que nos da el caracter diferenciador, la ventaja competitiva sobre los demás. Es lo que nos hace únicos y diferentes.
Es nuestro valor añadido.
Empezaron por fín a entender que necesitaban canales útiles y beneficiosos para que la marca se dé a conocer, y es cuando aparecen las redes sociales con todas las ventajas de promoción para una marca o producto, pero, al mismo tiempo, se dieron cuenta de que de nada servía tener un coche muy potente y muy cómodo sin tener a nadie que lo condujese, ni sirve para nada llamar por teléfono si no tenemos nada que decir. Vieron claro que no importa tener una gran herramienta de promoción y de comunicación si no tenemos nada que promocionar ni comunicar.
En resumen, de nada valen los canales sin un mensaje fuerte y claro.También abrieron los ojos a una nueva realidad a la que habían estado ajenas: lo importante son los usuarios, y a los usuarios no les importa cómo difundimos, ni cuánto, lo único que les interesa es el contenido que compartimos y creamos, su calidad, contenido que, gracias a las redes sociales es difundido por los usuarios como el retweet, los “me gusta” o los “+1” o la mayor expresión de la opinión y la voluntad de los usuarios, el comentario en los blogs.
Lograron entender y aprender que para que ellas puedan tener éxito en la consecución de sus objetivos, tienen que ser visibles, para lo cual las plataformas y distintos canales sociales resultan imprescindibles al ser éste un vehículo muy veloz y altamente efectivo, pero no suficiente.
Para que el cliente vea a la marca, es necesario estar en el lugar de más tránsito, en la calle más concurrida, o lo que es lo mismo, en los primeros puestos de la página de resultados de los buscadores, algo que no se consigue, como alguien me dijo una vez, con el tiempo.
Así conocieron al SEO, al posicionamiento web, que bien aplicado puede dar a una web o a un blog el impulso definitivo para que goce de la mayor visibilidad. Es el viento que mueve nuestra bandera.
Las marcas por fín se convencieron de que para tener una presencia fuerte en internet, todo esto era fundamental, y de que, para ello, el orígen de todo, la espina dorsal y el alfa, es el contenido.
Y el contenido se hizo. Amén.
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