Hay gente que se obsesiona con el ROI, y hay gente para la que el porcentaje de rebote es el Anticristo. 

Tranquilízate, criatura, que te voy a contar hoy un secreto: un rebote alto no te va a matar.

[Tweet “Un blog tendrá un porcentaje de rebote alto, y eso está bien”]

Las tasas de rebote reciben mucha atención, y es como los niños, no hay que echarles tanta cuenta. Ojo, no estoy diciendo que pases de ellas olímpicamente, pero dedícales la atención justa. 

Si lo que quieres es monetizar un negocio online y conseguir clientes es normal centrarse en indicadores clave como este, que para muchos es el Santo Grial para medir el éxito. Sin embargo, no tiene sentido obsesionarse con las métricas del blog si no entiendes cómo funcionan y qué significan.

El porcentaje de rebote es el % de visitantes que abandonan tu web tras visitar una sola página. Cada vez que alguien aterriza en un post que has escrito abandona el sitio sin ir a otra parte de tu web, eso cuenta como rebote.

[Tweet “Ahora, un rebote muy alto en las páginas principales de destino sí deberían preocuparte.]

Si el 90 por ciento de los usuarios llegan a las páginas de destino principales y luego se va es probable que algo esté mal. Tal vez la página sea muy lenta o no cree una buena experiencia de usuario, o el contenido no interesa a los usuarios. Pero también es importante poner el rebote en perspectiva, especialmente en términos de contenido de blog.

El suele estar en lo alto del funnel y entra en la etapa de “coincidencia”, cuando alguien encuentra un artículo interesante sobre lo que está buscando. No es lo mismo que llegar a una página de productos. Seguramente necesitarán leer la info y luego irse.

Si bien el contenido que proporcionas debe ser valioso y relevante para meterte en la mente de los usuarios y que vuelvan, también debes contar con que cualquier web tendrá un porcentaje de rebote de entre 70 y 80 por ciento dependiendo de la calidad del contenido.

[Tweet “Cuanto más contenido crees, mayor será el porcentaje de rebote promedio. Y está bien.”]

Con un blog estás presente en las búsquedas y tratamos de expandir nuestra huella digital. Ese es el punto: hacer que las miradas se dirijan hacia nosotros con un contenido muy concreto. Más posts significan más variedad de consultas de búsqueda. También significa más rebote.

En un mundo ideal, cada post  llevaría a los visitantes a otras páginas. Si bien podemos potenciarlo con CTAs y experiencia de usuario hay que conocer a la comunidad. Las personas que se encuentran en la parte superior del embudo de ventas se asustan con las tácticas agresivas, lo que significa que puede hacer más mal que bien al intentar obligar a los visitantes del blog a bucear en tu web.

Está claro que las publicaciones de blog pueden dañar las métricas en cuanto a porcentaje de rebote. Sin embargo, las tasas de rebote en sí mismas pueden distorsionar otros indicadores clave de rendimiento.

 

Una vez que comprendas el impacto que puede tener un blog en las métricas, será más fácil evitar el pánico y mantenerse enfocado en lo que realmente importa: las conversiones.

Las tasas de rebote son solo un número y lo que quieres es ganar dinero. Si ves que una página de destino hace que las personas estén en la web más tiempo y conviertan más, entonces esa es una buena página de inicio y hay que compararla con las que no lo hacen. Sin embargo, si hay pocas conversiones con poco tiempo en el sitio y altas tasas de rebote, no hay que cambiar nada. Un bajo porcentaje de rebote no es un objetivo, pero ganar dinero sí. Si una tasa de rebote alta indica que una página no funciona entonces ya te sirve para algo.

 

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