Las redes sociales son un lugar perfecto, y eso no me lo podréis discutir, para compartir contenidos, para que todos los usuarios accedan a una información de calidad y la compartan con sus contactos.

Hasta ahí, todo perfecto. Es la esencia propia del Social Media. Compartir.

Lo malo es cuando esa palabra se pervierte y se convierte en robar contenidos.

Está claro que el marketing de contenidos ayuda muchísimo a marcas y usuarios que quieren crear su marca personal, ya que eso les ayuda a posicionarse de una u otra forma en nuestro sector, pero, el copiar contenido, el robar contenido, no es, ni mucho menos una práctica honesta.

Es jugar sucio.

La creación de contenidos, sea del tipo que sea, requiere esfuerzo y tiempo, y al apropiarnos de un post estamos robando una propiedad intelectual, una visión, una opinión o, incluso, un conocimiento.
Pero es el pan nuestro de cada día ver en la web contenidos copiados impunemente, incluso portales que se congratulan de ser agencias y sitios serios, sitios que están construidos pura y duramente a base de contenidos de terceros.

Así es muy fácil. Pero eso no es hacer Social Media.

Tal vez a estos usuarios y sitios que copian contenidos de otros les vaya bien adherirse a un movimiento nórdico que dicta que la copia es bella, que es el acto más honorable, ya que supone reconocer que el contenido copiado es bueno, de calidad. Me refiero al Kopimismo.

Comprendo perfectamente que todos queramos aportar contenidos de calidad, ya que eso es lo que nos va a ayudar a construir nuestra reputación online, y, no me malinterpretéis, me encanta que se compartan mis contenidos, ya que para eso están escritos, pero, para ser honestos sólo hace falta añadir al post que se copia el link a la fuente original.

La gente que lleva a cabo estas prácticas no me ofrece, particularmente, ningún tipo de garantías, y menos aquellos a los que, cuando se lo recriminas, dicen que internet es libre, que no les da la gana de rectificar, y mucho menos si son agencias, ya que hablan las acciones por sí mismas. ¿Cómo confiar mi marca a alguien que para aportar valor tiene que recurrir a la copia de contenidos de otros usuarios?

El único consuelo que me queda, personalmente, es hacerme kopimista, pensar que, ya que el pelear contra el contenido robado o plagiado(que al fin y al cabo es lo mismo), si alguien copia en su web alguno de mis posts es porque no lo estoy haciendo tan mal y les aporto algo, les llego, aunque luego se apropien de mi contenido.

¿Qué pensáis vosotros?

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