Con el auge de las nuevas tecnologías y la aparición de las Redes Sociales no solo ha cambiado la forma de comunicarse y de hacer negocios, sino, que también nacen una serie de figuras esenciales que ponen en marcha toda la maquinaria.
El Social Media engloba a muchos profesionales, pero eso sí, no pueden actuar por separado, es fundamental que trabajen en conjunto, como uno solo.
Imaginemos que estamos en la Francia del rey Luis XVIII, una sociedad en la que se producían muchas injusticias y muchas tramas oscuras. La decadencia de la sociedad hizo necesaria que alguien hiciera algo al respecto, y esos fueron los tres mosqueteros con su lema “uno para todos y todos para uno”. Con esto expresaban su total colaboración con los otros, y su frente común al enemigo.
Igual ocurre con dos perfiles bien diferenciados en este mundo dospuntocero, el Social Media Strategist, quizá no tan conocido, y el archipopular Community Manager, a quien muchos ponen la etiqueta de multiusos.
Existe muchísima confusión acerca de estos dos perfiles y sus funciones, los cuales, repito, no pueden ir por separado, deben trabajar ambos en una misma dirección.
El Social Media Strategist es el profesional que está al mando, sería Batman. Él es quien diseña la estrategia, los planes de actuación, y todo lo referente a la presencia de la marca en las Redes Sociales. Debe establecer cuál será el plan de acción, es decir, determinar qué acciones se llevarán a cabo en cada fase de la estrategia, elegir cuáles serán los canales más adecuados para que la marca esté en internet, valora los recursos con los que cuenta y los que necesita. Trabaja codo con codo con el departamento de Marketing, intentando compaginar las estrategias de marketing offline con las de marketing digital, reforzando así el Branding de la marca.
Es el responsable de presupuestar el gasto que supone la ejecución de un plan, y establece cómo la empresa se comunicará con la audiencia, además de realizar un papel fundamental, analizar y hacer un seguimiento de la efectividad de la campaña, modificando y recomendando a la empresa qué acciones realizar para mejorarla, para lo que es imprescindible que el Social Media Strategist tenga acceso directo al departamento de marketing y al de comunicación.
Debe conocer muy bien el Branding, ya que es el encargado de crear acciones y planes dirigidos a mejorar siempre la reputación, además de ser capaz de organizar equipos y trabajar en grupo.
En la mayoría de las empresas no existe esta figura, y sus funciones son desempeñadas por el que sería el segundo de abordo, el tan popular pero denostado Community Manager o Gestor de Comunidades. En caso de que en una empresa existieran ambos puestos, el Community Manager sería el encargado de poner en marcha la estrategia diseñada por el Social Media Strategist, que debería reunirse con él para evaluar la marcha de la misma.
Por otro lado, en un tejido empresarial en el que la figura del Social Media Strategist no es tan común, y aunque no es fundamental que el Gestor de Comunidades sepa de estrategia, es importante que, al menos, tenga nociones básicas en este campo. No obstante, un Community Manager sin experiencia y/o supervisión de un estratega no debe entrar en este terreno, ya que puede cometer errores que condenen al fracaso a la marca y le reporte problemas serios.
En ambos casos, el modus operandi debe ser siempre igual, cada uno con sus responsabilidades, por supuesto: es necesario hacer siempre un estudio previo de la marca, que, en caso del Community Manager, basta con conocer a la perfección los datos que le proporcione el Estratega. También necesitan planificar la estrategia en todos sus aspectos, siendo el Social Media Strategist el que la ponga en común con el Community Manager. El siguiente paso es la implementación, es decir ponerlo en marcha, marcando el Strategist las pautas al Community, y este, ejecutando las acciones necesarias para crear comunidad y mejorar el Branding, siempre de acuerdo a las instrucciones dadas por el estratega de las Redes Sociales.
Conocer la marca es fundamental para el estratega, ya que es quien debe plantear la estrategia a seguir, y de vital importancia para el Community Manager, puesto que es él quien la representa, es quien gestiona su presencia. Es su voz.
De igual modo, es fundamental para el Gestor de comunidades saber comunicar por razones obvias, es quien habla con la audiencia, y necesario para el Strategist, ya que debe explicar al Community Manager y a la propia marca los pasos a seguir. Deben ser capaces los dos de crear expectación, cada uno a un nivel- no es fácil gestionar una marca si no te apasiona trabajar en los Medios Sociales- de comunicar y de llegar a la audiencia, de conversar, pero, por otro lado, es el estratega quien debe convencer, no solo al Community Manager, sino a todos los departamentos de la empresa, de las grandes posibilidades que ofrecen los Social Media, involucrando al cliente/audiencia/trabajador y creando un compromiso.
Lo ideal, como ya hemos dicho otras muchas veces, es una colaboración estrecha entre estos dos profesionales, pero, por desgracia, aún queda mucho para que las empresas tomen conciencia de la importancia de las Redes Sociales, y, son los Community Managers los encargados de crear la estrategia, desarrollarla y analizarla. D`Artagnan, Athos, Porthos y Aramis son uno solo cuando salen a luchar contra el crímen, Social Media Strategist y Community Manager deben serlo a la hora de gestionar el Social Media.