[Tweet “Si no crees que eres bueno, ¿por qué lo tengo que creer yo?”]
¿Por qué contratarte a ti si no me demuestras que crees en lo que sabes hacer y si no me lo dices?
La modestia está bien, tampoco es plan de ir por ahí presumiendo, pero, la cuestión es que si eres bueno, eres bueno. Es un hecho demostrable cuando empiezas a trabajar, pero, el cliente tiene que saberlo.
El profesional de marketing digital tiene un gran inconveniente a la hora de vender sus servicios, y no es otro que, al tratarse en muchos casos, de la venta de la gestión de las redes sociales, el cliente lo único, al fin y al cabo, que percibe, que ve, es que publicamos un número de actualizaciones determinadas en Facebook, Twitter y en alguna otra plataforma, y, obviamente, no nos va a pagar por poner dos fotos en Twitter, si pongo en este artículo las palabras de un dueño de un negocio al que fui a ver no hace mucho.
El problema principal radica en que el cliente no ve, no es consciente, del grandísimo trabajo que hay detrás de una publicación en Facebook. No es capaz de ver que esas publicaciones se hacen con un sentido, una lógica, basándose en un plan que previamente hemos diseñado. Y para él, cualquiera puede hacerlo. No hace falta que sea bueno si con eso le sale más barato.
Por eso es necesario hacer entender al cliente, y en ocasiones esto es harto complicado, que cada acción que nosotros realizamos en los medios digitales, ya sean redes sociales, ya sea el blog o ya sea cualquier otro, obedece a una estrategia perfectamente planeada y estudiada, diseñada para sacar el mayor rendimiento a los esfuerzos sociales de un negocio o marca, cualquiera que sea su tamaño.
Y eso el cliente no lo sabe.
Cuando vas a ver a un cliente, no te conoce, no sabe si eres bueno o malo, y eso se lo tienes que decir tú, pero no vale simplemente con decírselo, sino que tienes que convencerle, ya que de otro modo, y como dice el título del post, no creerá que tú ni el servicio que ofreces es bueno.
Ten en cuenta que en esto del marketing digital un factor determinante a la hora de conseguir un nuevo cliente es la confianza generada por el profesional, por ti, y si no eres capaz de transmitir esa confianza con tus palabras en tu reunión, el cliente con va a querer trabajar contigo, porque si tú no crees en lo que haces, ni crees en ti mismo, ¿cómo piensas que lo va a hacer otra persona?
Si crees en lo que haces, si sabes lo que haces y estás seguro de que, por ejemplo, las redes sociales van a funcionar para un determinado negocio, debes hablar con el cliente de ello con convicción, pero no solamente tu voz, sino tus ojos, tus manos, tu cuerpo entero, puesto que en una reunión es igualmente importante el lenguaje corporal que el oral.
Prepárate bien la reunión. Prepárate un guión con una serie de puntos que creas importantes y prepara también tu argumentario, esas serán tus armas para convencer al cliente. Y sobre todo, cuando hables, sabes lo que necesita tu cliente y tú puedes dárselo.
Díselo y dale la confianza que está buscando.