A veces, no nos damos cuenta de la verdadera importancia que tienen los textos SEO en nuestros blogs y en nuestras webs, y eso es un error muy grave.

La importancia del contenido para el SEO

En ocasiones nos encontramos con páginas web que, a causa de un mal posicionamiento SEO, no verán la luz del sol en lo que a la aparición en los resultados de los motores de búsqueda respecta, sobre todo en Google, que es con diferencia el buscador más utilizado por los usuarios.

Pero, si prácticamente todo aquel que investigue un poco termina averiguando las ‘tácticas’ a utilizar para optimizar dicho posicionamiento en su web, ¿por qué no consiguen visibilidad? Aquí entra en juego la importancia del contenido en diseño web.

La respuesta está en porque, pese a que se sirvan de estas técnicas para optimizar su SEO, se olvidan por completo de algo que es quizás lo más importante a la hora de aparecer en los resultados de búsqueda del navegador; el hecho de que tanto Google como el usuario consideren que nuestra web es relevante y de calidad.

Estamos hablando nada menos que del contenido de la página en cuestión y de cómo lo compaginamos con nuestro SEO.

Y es que, sin que nuestra pretensión sea la de restarle valor a cuestiones como por ejemplo la velocidad de carga de nuestra web, hemos de darle al contenido de esta la importancia que merece, ya que, tanto para el usuario, como para los propios motores de búsqueda, lo que realmente hará que consigamos que nuestro público se quede o se marche de nuestra web, será no otra cosa, que el contenido.

Dicho de otro modo, un texto que es relevante para el usuario, lo será para Google, y, por lo tanto, esto favorecerá nuestro posicionamiento.

No obstante, también es cierto que, pese a que el contenido es digamos que la causa necesaria de cara a que el usuario no se marche, tampoco debemos escatimar en la ideación de una buena estrategia SEO, etiquetados, palabras clave, etc., acordes al contenido y a la forma en que estamos presentando dicho contenido.

Y para saber qué ha de tenerse en cuenta tanto a la hora de compaginar SEO y contenido, como que este último no nos proporcione las temidas tasas de rebote porque el user no ha encontrado lo que buscaba, vamos a ver unas sencillas pautas que nos dejarán claro cómo proceder al respecto:

Nuestro contenido ha de ser relevante

Como veníamos advirtiendo, el contenido es el rey del conjunto del tablero, y por ello ha de ser relevante para el usuario, aportarle información útil, y, en definitiva, ofrecerle aquello que está buscando.

Si el usuario se queda e interacciona con nuestra web, Google lo entenderá como algo que está aportando contenido de calidad para este, y le dará una buena posición en el ranking de búsqueda.

Para conseguirlo debemos en primer lugar, aportarle información original, que no esté en otro sitio, y, por otro lado, que no sea esta un copia-pega de otra página, (cuántas veces vemos varias webs con una página que en contenido es exactamente igual al de otra).

El texto ha de tener una estructura coherente

El orden también es importante, pues una buena estructuración del contenido va a otorgarle mayor claridad al texto, y el usuario, aparte de entenderlo mejor, buscar con mayor facilidad algo que acaba de leer, obtendrá con ello una lectura más amena, (debemos recordar que las más de las veces y según en qué contextos, los usuarios buscarán únicamente datos muy concretos, por lo que no se leerán todo el texto).

Además, esta claridad expositiva también será premiada por Google, que tiene muy en cuenta este aspecto de legibilidad a la hora de categorizar una página y darle, o no, mayor notoriedad respecto a otras.

El contenido debe actualizarse con frecuencia

Este aspecto es muy importante, pues si, información que a priori es útil y valiosa para el usuario, termina quedando obsoleta o desactualizada, este rápidamente acudirá a otro lugar en el que el contenido se renueve de forma periódica, lo que implica que se marche de la nuestra, y que pierda valor para él.

Google también valora muy positivamente la actualización del contenido, pues entiende que esa página en cuestión no ha quedado abandonada y/o ha sido descuidada por su creador.

El contenido y lenguaje a utilizar deben adecuarse a la query del usuario

Puede sonar lógico, pero las palabras a escoger, tanto en lo que a las keywords respecta, como de cara al texto que vamos a presentar a nuestro púbico objetivo, han de formar parte de un lenguaje que nuestros usuarios comprendan.

Así, por ejemplo, en el supuesto de que vendiéramos medicamentos, deberíamos utilizar un lenguaje distinto si estos van dirigidos directamente a quien los va a tomar, que presumiblemente no tendrá demasiados conocimientos técnicos acerca de sus componentes, etc., del que utilizaríamos si nuestra intención fuera vendérselos a empresas farmacéuticas.

De lo contrario, si el usuario por un lado se encuentra con información que no comprende, o que, por otro lado, no le ofrece los detalles suficientes a su juicio, se marchará y buscará en otro sitio el producto o servicio que sí le ofrezca esa fiabilidad.

El uso de palabras clave en función de a quién va dirigido el texto

Es por ello, que tanto el texto como las keywords han de adecuarse tanto a la intención de búsqueda como al lenguaje que el usuario esté acostumbrado a utilizar, dentro del nicho de mercado en el que nos hallemos.

Esta buena praxis, más el uso adecuado de los etiquetados, es algo que además el gigante Google valora siempre muy positivamente.

No debemos mezclar contenidos

Muchas veces no caemos en ello, pero el hecho de mencionar en un texto elementos que no tienen relación directa con el contenido de la página, puede menoscabar nuestros puestos en los resultados de búsqueda.

Por ejemplo, si tenemos una web que se dedica a vender cursos de idiomas, y estamos redactando el contenido de la página en la que estamos ofreciendo los cursos de inglés, mencionar en algún apartado de la misma, dentro del texto, que vendemos también cursos de alemán, no nos va a beneficiar tanto como quizás pudiéramos llegar a creer.

Imaginemos que un usuario está buscando cursos de alemán, y por ese pequeño error, en vez de terminar en la landing page de nuestra oferta de cursos de alemán, termina en la de los cursos de inglés. Esto ocasionará que el usuario se marche de nuestra página, ya que no ha encontrado lo que buscaba, y quizás ya no vuelva más por nuestra web.

El uso de sinónimos

Los bots de Google cada vez reconocen de forma más eficiente los distintos significados de una palabra y de determinadas frases según los determinados contextos en los que estas se puedan dar.

Por ello es interesante, en aras de darle mayor calidad al texto, tanto de cara a Google como al usuario final, que nos sirvamos de la riqueza semántica y léxica que el lenguaje nos ofrece, ya que no va a afectar negativamente al SEO, sino todo lo contrario.

La longitud del texto y su legibilidad

La legibilidad es un elemento importantísimo de cara al SEO, y también para el usuario.

Pudiera parecer que simplemente con elegir las tipografías adecuadas tendríamos todo este apartado resuelto, pero lo cierto es que no es así.

Para que nuestro texto sea legible, ha de estar bien estructurado, tal como mencionábamos anteriormente, y no debe tener párrafos demasiado extensos.

Algo que parece tener en cuenta el algoritmo de Google es la longitud, que no ha de ser ni demasiado extensa (quizás más de 5000 palabras sea ya demasiado), ni demasiado corta, (hablaríamos de menos de unas 1000 palabras).

No obstante, y respecto a esto último, si la temática que vamos a tratar no puede ofrecer un texto de por ejemplo 2000 palabras, es mejor en este aspecto que no se añada información porque sí, a que quede demasiado corto.

Dicho de otro modo, no hay que anteponer estos dictámenes a la calidad del contenido, pues irónicamente, estaríamos perjudicando nuestro SEO.

Uso de links e interlinks

El hecho de adjuntar links hacia otros sitios de autoridad que aporten información de valor para el usuario, nos otorgará credibilidad respecto a Google.

A este respecto, podemos añadir enlaces hacia nuestra página en los comentarios de algún post de temática similar (nunca poner links por ponerlos), o conseguir que terceros los introduzcan en el contenido de las suyas. Esto otorgará autoridad, en el sentido de que estamos haciendo ver a Google que damos importancia al contenido relevante.

Algo que también podemos hacer, si procede, es insertar links que lleven hacia otras páginas de nuestra propia web. Eso sería una muestra de que tenemos bien estructurado nuestro sitio, lo que favorecería la visión que de nuestra web obtendrá Google, y con ello, nuestro posicionamiento.

Cuidar la ortografía

Tener este aspecto bien cuidado es importante de cara al usuario, que no gusta de ver textos ni con faltas de ortografía ni gramaticales, y por supuesto, menos aún a Google, quien valora negativamente que estas faltas se hallen presentes en el contenido de una web.

Conclusión

Como hemos visto, hay formas de adecuar el SEO al contenido, y que en función de cuál y cómo sea este, de qué forma lo presentemos, y de cuál vaya a ser nuestro público objetivo, lo haremos de una u otra forma.

Es de vital importancia también tener en cuenta las directrices de Google a la hora de hacerlo, pues siguiendo estos consejos y dichas pautas (de lo más sencillas y coherentes), obtendremos, a parte de un texto de calidad y valor para el usuario, una página con contenido relevante de cara a Google y sus algoritmos, y, por lo tanto, un mejor posicionamiento en los resultados de búsqueda.

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