Si dijésemos que escribimos blogs por amor al arte y que no nos importa que nuestros artículos no se lean estaríamos mintiendo de una forma descarada.

A los que publicamos posts en los distintos blogs nos encanta que los demás usuarios lleguen a nuestros contenidos y que se paren un momento, no sólo a leerlos, sino, lo mejor de todo, que se molesten en comentarlos. Eso ya es lo máximo.

También nos encanta que sean los usuarios los mismos que viralicen nuestros artículos, puesto que eso significa que avalan la calidad de nuestros contenidos y que hay algo en ellos que ha hecho que le den esa difusión que tanto nos encanta con pingtracks, tuits, retuits o publicaciones en Facebook.

No podemos olvidar que los bloggers perseguimos que seáis vosotros los que nos digáis si os gusta o no lo que escribimos, si os interesan los temas que abordamos, si estáis de acuerdo con nuestros enfoques, y siempre estamos pidiendo feedback para mejorar nuestros artículos.

Por otro lado, circula una falsa creencia por la web que afirma que al usuario no le gusta leer, que no quiere molestarse en perder dos minutos en leer un artículo, cuando es todo lo contrario, el usuario quiere formarse e informarse, quiere estar actualizado casi al minuto, sobre todo, en un sector como lo es el nuestro en el que todo cambia de un momento a otro. El usuario no es que no quiera leer nuestros posts, sino que no puede permitirse perder el tiempo en un blog que no le facilita la lectura.

Existen miles, millones de blogs en internet, y hay una gran cantidad de contenidos interesantes. Esos son los que persiguen los usuarios, pero, también es cierto que a lo largo del día todos tenemos que hacer mil cosas, y que, si tenemos diez minutos para leer, no no nos podemos permitir perderlos en un blog que no sea claro.

¿Cuántas veces hemos surfeado por internet y hemos visto blogs cuyos artículos son bloques inmensos de texto, sin separación para facilitar el escaneo del mismo y descansar entre párrafo y párrafo? Aunque no nos demos cuenta, esto funciona a un nivel subconsciente, puesto que nuestro cerebro dificulta mucho más un post en el que la letra es pequeña y no hay separación en los párrafos, que, por otro lado, es la forma que tenemos los bloggers de plasmar las ideas con un cierto orden lógico.

Tampoco es fácil leer un post cuyo contenido esté enterrado entre ingentes cantidades de publicidad, banners y elementos que distraigan la atención del lector. Es mucho mejor utilizar plantillas claras, limpias, que permitan saber de un vistazo de qué se habla en el blog, cuáles son las ideas y los temas que abordamos, y, por supuesto, que permitan a cualquier usuarios suscribirse y compartir nuestros artículos.

A la hora de publicar un post debemos tener muy presente en todo momento que si queremos que nuestros artículos sean leídos, debemos hacerlos lo más legibles posible, tanto como en el aspecto del blog como en el contenido mismo, usando un vocabulario y una expresión, y esto es fundamental, que se adecue perfectamente a nuestros usuarios. No podemos hablar a nuestra audiencia en nuestro blog de una manera que no entiendan.

Fácil. Esa es la palabra.

Nuestro blog debe ser fácil de leer, de escanear y de compartir.

A veces no es que no quieran leer nuestro blog, es que no les dejamos.

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