En un momento coyuntural y económico como es el que estamos atravesando, no sólo en España, sino en otros países, como es el actual, una de las principales salidas que los expertos y las autoridades recomiendan es el de emprender, o lo que es lo mismo, si no hay trabajo, te lo inventas.

Uno de los requisitos indispensables a la hora de crear nuestro propio negocio es saber o al menos, tener una idea de la posibilidad de que tu negocio tenga éxito, para lo que necesitaremos un estudio de mercado.

Un estudio de mercado estudia el comportamiento de los consumidores para detectar sus necesidades de consumo y la forma de satisfacerlas, siendo su objetivo final aportar los datos necesarios que permitan mejorar las técnicas de mercado para la venta de un producto o servicio que cubran la demanda no satisfecha de estos consumidores.

Igualmente, un estudio de mercado también tiene que realizar un análisis muy exhaustivo de la competencia a la que nos enfrentamos, establecer quiénes son y cuál es su valor añadido, puesto que esto nos permite identificar cuáles son los estándares de la industria en la que participamos.

Por otro lado, un análisis de mercado también debe contemplar una estrategia centrada en los objetivos, recursos y estudios del mercado y la competencia, definiéndose y pudiendo optar por utilizar el liderazgo en materia económica de costes o la de la diferenciación por su valor añadido.

Así, lo primero que necesitamos es identificar cuál es nuestro mercado, siendo muy objetivos a la hora de pensar si realmente hay en él una necesidad o un deseo que pueda satisfacer el producto o servicio que vamos a ofertar nosotros.

A continuación, es hora de saber a quién nos dirigimos, de definir el perfil de nuestro público objetivo, teniendo en cuenta que si vamos hacia los clientes finales necesitaremos establecer las variantes demográficas precisas, como pueden ser edad, sexo o nivel cultural, entre otros. Si estamos hablando de dirigir nuestro producto o servicio a empresas, lo que deberemos determinar es el tipo de empresa al que nos dirigimos, tamaño o cantidad de trabajadores entre otras cosas. No obstante, en cualquiera de los casos necesitamos saber la localización de nuestro público.

El análisis de la competencia, como hemos dicho antes, es un pilar fundamental para armar nuestro estudio de mercado, para lo que tenemos que tener claro quiénes son nuestros competidores más fuertes, qué hacen y cómo lo hacen, cuáles son las fortalezas y debilidades (para lo que nos ayudará mucho realizar un análisis DAFO) y cuál es la ventaja competitiva que ofrecen.

Es importante también analizar si hay hueco para mi producto en ese mercado o si ya está saturado, y también el precio de mi competencia.

Pero no sólo tenemos que conocer a la competencia, sino el mercado, la industria.

Es imprescindible estar al día en las tendencias actuales de consumo, pues nos ayudará a saber cómo dirigir nuestro producto, y evaluarlas.

Es preciso saber si nuestro sector crece, cómo se hace publicidad en él y cuál es el nivel de éxito de los participantes y si hay barreras para acceder a ella.

Estos son solo algunos consejos, ¿se te ocurre a tí alguno más?

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