¿Cuántas veces te han dicho en toda tu vida de marketero o de cliente eso de “usa la prueba social, miarma”? Yo estoy completamente segura de que no han sido pocas. ¿A que no?
Hay una buena razón por la que lo decimos tanto, y no es por cansinos: cuando usas una prueba social convincente en tus landing pages, puedes duplicar tu tasa de conversión. Pero claro, ahora viene la pregunta “der” millón. ¿Qué leche es la prueba social y cómo la puedo usar pa lo que me estás diciendo, Inma?
Ea, po no te preocupes que yo te lo cuento.
La prueba social es la evidencia que demuestra que la gente aprueba tu producto o servicio. Pueden ser, entre otras:
- Reseñas y testimonios
- Apoyo y menciones en las redes sociales
- Casos de estudio
Venga, imagínate que estás buscando un dentista, que yo te recomiendo a Dani, una auténtica crack. Entras en la web y ya tienes una idea de lo que ofreces. Pero al profundizar descubres cientos de opiniones positivas de pacientes anteriores y actuales. Estas opiniones aumentan tu confianza en el profesional y te animan a pedir una cita. Así funciona la prueba social.
Puedes poner mogollón de cariño en tus textos para crear confianza en los clientes, pero, al fin y al cabo, ese contenido sigue siendo tuyo. Los usuarios necesitan pruebas de personas como ellos para confiar en ti.
Después de todo, tres de los cinco factores principales que ayudan a confiar en una empresa tienen que ver con las opiniones de otras personas: la reputación, las reseñas y las recomendaciones de los seres queridos.
La prueba social es aún más importante para las pequeñas empresas. Dado que no tienes la confianza que proviene de una marca conocida, necesitarás todas las pruebas que puedas conseguir para respaldar que tienes credibilidad y fiabilidad.
Afortunadamente, las herramientas de comunicación online de hoy en día hacen que sea más fácil que nunca aprovechar el poder de la prueba social.
Tu landing page es exactamente igual que un elevator pitch. Si utilizas la prueba social aquí, necesitarás causar una gran impresión, rápidamente. La eficacia de la prueba social depende de tu público. Así como una prueba social inadecuada puede alejar a los clientes, una centrada en el público puede atraerlos.
Intenta usar uno de los siguientes tres tipos de prueba social.
Reseñas y opiniones de los clientes
Los comentarios y las opiniones de los clientes son una forma clásica de prueba social, y por una buena razón. Expresan lo que la gen.te tiene que decir sobre tu producto Las estadísticas también respaldan su eficacia. Según el Centro de Investigación Spiegel de la Universidad Northwestern, las reseñas en línea pueden aumentar las tasas de conversión hasta en un 270%.
Para obtener los mejores resultados de este tipo de prueba social, es mejor usar las que rompan mitos comunes o respondan dudas sobre lo que ofreces.
Testimonios
Si tienes clientes en las redes sociales que publican cosas sobre ti, intenta compartir también algunas de esas publicaciones. Los contenidos generados por los usuarios, como las publicaciones en las redes sociales, ofrecen una prueba social poderosa y fácil de realizar. Además, los testimonios breves tienen un alto poder de conversión.
Los testimonios en las redes sociales son una solución chachi cuando no tienes reseñas en otras plataformas. A muchos usuarios les gusta que las marcas que les gustan compartan sus testimonios. Eso sí, pide permiso antes al usuario.
Los casos muestran los resultados que puedes conseguir y también respaldan las afirmaciones que haces. Los casos de estudio explican con detalle cómo tu producto o servicio ayudó a un cliente concreto.
Ponlo en práctica
Ahora que ya sabes qué es y cómo se puede utilizar, ¿por qué no lo intentas?
En primer lugar, busca en tus redes sociales alguna reseña de clientes que valga la pena reutilizar. A continuación, añade una de esas reseñas a una landing y prueba cómo funciona
Con las diferentes variantes de tu landing, haz un seguimiento del rendimiento de la versión con prueba social en comparación con la versión original sin ella y analiza cuál convierte mejor.
Si quieres, siempre podemos charlar tú y yo un ratillo y me cuentas qué necesitas. Escríbeme. Es fácil.