Es muy frecuente encontrar en la empresa española al trabajador polivalente.
Aunque existen, por supuesto, excepciones, aunque hoy por hoy la preferencia de la empresa es tener con ellos a un trabajador que sea capaz de hacer de todo. No hace mucho, fui a hablar con un cliente y, cuando estaba en su oficina, entró un trabajador y el responsable le dijo: “a partir de ahora vas a estar en soporte técnico”, a lo que el muchacho respondió que él no era técnico, y que por tanto, iba a tener carencias en ese sentido a la hora de ofrecer ese servicio. Su jefe le respondió: “precisamente por eso, para que aprendas”.
Este muchacho es Community Manager, no técnico, hay que decir.
El problema es que existen muchas empresas que prefieren trabajadores que hagan de todo, sobretodo si detectan que eres bueno en unas cosas pero que flaqueas un poco en otra cosa, pero sin tener en cuenta que eso perjudica más que beneficia. Si realmente una empresa quiere tener trabajadores mejores, debe centrarse en potenciar las fortalezas, no en paliar las debilidades. Debería fomentar, en caso de este muchacho, el aprendizaje de nuevas técnicas y uso de herramientas, mejorar en creación de contenidos, o en cualquier otro área relacionada con su trabajo.
Pretender que los trabajadores hagan de todo es una forma de hacer perder el tiempo de los profesionales.
Vivimos en el momento de la especialización laboral. Es imposible conocerlo todo: un médico especialista en cirugía cardiovascular, obviamente, va a tener algunos conocimientos generales, pero no es especialista en oftalmología. El profesional digital es igual: si es especialista Community Manager, puede tener conocimientos de posicionamiento web, pero de ahí a que sea un experto hay un buen trecho.
Si usamos varias habilidades distintas, debemos ver cuáles son las preferidas por nosotros y las que más utilizamos, y luego, concentrarnos en mejorar dos o tres: leer, practicar, formarnos…La cuestión es mejorar. Siempre.
A ver, no está mal aprender cosas nuevas. Al contrario. Aprender cosas nos hace profesionales más completos, pero debemos mantener nuestra concentración en mejorar lo que ya tenemos. Todos tenemos fortalezas y debilidades, y, por supuesto que es positivo intentar paliar esas debilidades, pero sin que nos robe tiempo para fortalecer nuestras fortalezas, valga la redundancia.
¿Qué opinas tú?
Excelente post, muchas veces por lo apasionante del marketing actual perdemos el enfoque. Gracias por compartir esta reflexión.
¡Muchísimas gracias a ti por pasar por aquí y regalarme un ratito de tu tiempo! Ya sabes dónde me tienes 😉