Sigue siendo el Rey.

El contenido, a pesar de la gran cantidad de material que circula por internet, sigue siendo, pese a lo que otros profesionales piensen, la columna vertebral de cualquier estrategia de marketing que se precie.

Necesitamos crear contenido que los usuarios, y más concretamente nuestra audiencia, no solamente sea capaz de consumir, sino de entender y de aprehender, que le sea de utilidad para que ellos mismos sean nuestros mayores prescriptores y compartan el contenido de calidad que nosotros generamos.

En la creación de un artículo de calidad, debemos observar tres fases o tres momentos:

–          Preparación y organización: en esta fase es donde recopilamos toda la información necesaria para crear nuestro artículo, establecemos cuál será la estructura que vamos a seguir y las ideas que vamos a destacar y a utilizar.

–          Creación del post mismo: es el momento de ponernos manos a la obra y escribir nuestro artículo. Debemos tratar de usar un vocabulario adecuado y una expresión correcta, pero a la vez, asequible para todos los lectores.

–          Optimización y difusión: es en esta fase, en la que quiero hacer más hincapié.

Cuidar las otras dos fases es fundamental, pero, hay algo que muchos olvidan con frecuencia, la revisión del post. Al acabar de escribir un artículo, no debemos pulsar el botón de “publicar” inmediatamente, sino que es necesario que realicemos una segunda lectura para asegurarnos de que todo está bien, de que las ideas siguen un hilo argumentativo lógico, que las ideas están concatenadas de manera correcta, que están ordenadas adecuadamente. Debemos asegurarnos de que la expresión es la correcta y de que no hay errores de expresión ni de ortografía.

Es muy importante antes de publicar nuestro post pensar qué palabras pueden ayudarnos para que tenga más visibilidad y para que pueda llegar a más gente, por lo que hay que estudiar bien qué palabras clave vamos a usar. Y una vez tengamos todo esto listo, ya podemos publicar.

A veces olvidamos lo importante que es un buen título. Es lo que hará que nuestra audiencia decida si leer nuestro post, no debemos perder de vista que solo tenemos, como bloggers, diez segundos para captar la atención de los usuarios, y, una parte de ese brevísimo tiempo se usa para ver si el título del post les llama la atención.

El paso siguiente es la difusión, para lo que es muy útil que nuestro blog tenga habilitadas la RSS, de manera que cualquier usuario que nos enlace pueda seguir cualquier actualización que realicemos en la bitácora.

Las redes sociales son fundamentales a la hora de difundir nuestro post. Compartiendo nuestro post en las diferentes plataformas, facilitaremos mucho el que otros usuarios puedan acceder a ese contenido sin que tengan que buscar, pero es necesario ser cautos, pues la excesiva difusión puede ser considerado como autobombo o spam, una práctica muy rechazada, no solo por los usuarios de las redes sociales, sino por los propios buscadores que indexan la información que circula por internet.

Por lo tanto, no es bastante con escribir un post, es necesario realizar una serie de acciones a posteriori para lograr que ese artículo tenga éxito.

¿Y tú, qué piensas?

 

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