Los eventos de networking son, básicamente, como las primeras citas.
Nos intentamos relacionar con gente que no conocemos. Cuando sacamos las fuerzas y nos sacudimos los nervios, vamos hacia otra persona y tratamos de empezar una conversación que mole con una pequeña charla, un pequeño flirteo. Si funciona y nos va bien, nos subimos, ganamos seguridad en nosotros mismos, pensamos que lo petamos, y la charlita se vuelve una señora conversación.
Si la planteamos bien y nuestro interlocutor está receptivo, el resultado será, podemos decir, equivalente a una segunda cita: la invitación, solamente que utilizando nuestra tarjeta, a que nos llame para hablar de cosas que los dos tenemos en común y que puede ser beneficioso para los dos.
Igual que en una cita, algunos se lanzan y consiguen una cita, pero otros, se quedan esperando a ver si alguien se interesa por ellos. Pero, tanto en una cita como en un evento de networking, algunos son naturales en el trato, llanos, mientras que otros necesitan un pequeño empujón.
Por lo tanto, lleva contigo un compañero de ligue, como siempre hacía Barney Stinson en Cómo conocía vuestra madre. Es una verdad más grande que una catedral que si eres más tímido, un compañero de ligue te va a dar ese empujón que necesitas para presentarte a la persona que te atrae. Lo mismo pasa a la hora de hacer networking. Puede echarte un cable a la hora de empezar una conversación y luego desaparecer de la cita discretamente, de forma que puedas desplegar fácilmente todos tus encantos.
Pero ten en en cuenta una cosa, no es no. ¿Cuántas veces has intentado conocer a alguien que te ha gustado, pero tú a esa persona no y no te has dado por enterado? En vez de quedar como el tío o la tía pesado o pesada que intenta ligar sin importar nada más. Permanece atento a las señales, y si ves signos de que no le interesas demasiado, haz mutis por el fondo de forma elegante. Ve a coger algo de beber y discúlpate. Más vale no crearte una mala reputación. Retírate de la mejor forma posible y analiza qué ha podido ir mal.
Ve en manada. Sí, como las ovejas. Ya hemos hablado del compañero de ligue, pero hay varias razones por las que es buena idea ir a este tipo de eventos con gente de tu empresa. La mayoría de ellos duran unas pocas horas y no hay forma humana de hablar con todo el mundo. Si tu objetivo es hacer contactos y encontrar nuevas oportunidades de negocio, un grupo de personas puede abarcar más que una sola. Ya sabes, divide y vencerás.
Sé quien tengas que ser para hacer bien tu trabajo. En una cita no está muy bien fingir que eres quien no eres, pero, sí que puedes potenciar algunos aspectos que estimes más atractivos, igual que en el mundo de los negocios. No te preocupes, no está tan mal.
Por otro lado, es muy posible que durante un evento de networking la conversación gire entorno a un tema de tu propio nicho que no controles demasiado. Lo que puedes hacer es conocer bien tu nicho de modo que puedas hablar con sentido de todo, a pesar de que no te especialices en un aspecto concreto. El conocimiento general del negocio se valora mucho.
Ve bien equipado. Igual que a una cita vas con la cartera y con tus mejores galas, a un evento de networking debes ir igualmente equipado. No lleves solamente tarjetas tuyas, sino también de otros compañeros que se dediquen a otras tareas diferentes a las tuyas, así podrás, en caso de ser necesario y de requerir unos servicios distintos a los tuyos, ofrecer la tarjeta de ese compañero que le puede ayudar. Es como cuando alguien te dice que necesita un fontanero y tú le dices que conoces a uno muy bueno. Como la vida misma, ¿a que sí?
Sé realista y sé consciente de cuáles son tus límites. No importa si estás en una cita o haciendo networking. Controla. Si te comportas de manera inadecuada, estás condenado al fracaso, a que esa persona que te mola pase por completo de ti o que esa persona con la que tienes opción de hacer negocio no quiera trabajar contigo. Sé siempre profesional. En los círculos de networking, basta un error para arruinar tu reputación, y los cotilleos corren como la pólvora.
No dejes que se te vaya. A ver, no se trata de ser agonía y llamar a los diez minutos después de que el chico o la chica se haya ido, pero cuando digas “te llamo”, no dejes pasar demasiado tiempo, no dejes que se enfríe, pues la persona puede pensar que realmente no te interesa. En los negocios es igual, mándale un email agradeciendo la charla e invitándole a volver a hablar. Invítale a conectar a través de las redes sociales, que vea que tienes interés.
No des por perdido el partido. Hay muchos eventos de networking. Ve a todos los que puedas hasta que encuentres el mejor o los mejores para ti, tu negocio y tu industria. Esto te permitirá optimizar tu tiempo y tu esfuerzo. Y no ignores a nadie, no rechaces a nadie, nunca se sabe si esa persona a la que no echas cuenta va a ser la mujer o el hombre de tu vida…
Cada uno da lo mejor de si cuando se enfrenta a una cita o a un evento de networking. Pero para aquellos que aún no han encontrado su “estilo”, lo mejor es ser auténtico. Solamente así se pueden crear buenas relaciones con otras personas.