Debido al boom del Social Media y de las Redes Sociales han surgido muchas nuevas profesiones que, o bien no existían antes o se han visto forzadas a evolucionar al ser profesiones unopuntocero que ahora tienen cabida en nuestro nuevo entorno digital, en nuestra nueva realidad, solo que modificadas en algunos aspectos.

Desde siempre, por ejemplo, ha existido el comercial y desde siempre ha existido la venta, solo que ahora este profesional tiene la opción de realizar su trabajo con nuevas herramientas, como el ecommerce, accediendo a ventajas a las que antes no podía ni imaginar, como, por ejemplo, acceder a una base de clientes potenciales por la que antes hubiese tenido que pagar una millonada.

Otra profesión que siempre ha existido es la de representante, mi padre ya lo era hace treinta años, y el Relaciones Públicas, solo que ahora, todos estos profesionales de los que hablo pueden desarrollar su labor profesional a través de nuevos canales que antes no existían y que pueden, como digo, reportarles muchos y grandes beneficios.

Hoy lo chulo, lo cool, es decir que nuestro negocio es muy social, que estamos en todas y cada una de las diferentes Redes Sociales que existen y que tenemos un engagement muy fuerte con nuestra audiencia, pero, a veces lo pienso:

¿realmente esto del Social Media es nuevo?

Hay muchos que señalan lo novedoso del Social Media, Engagement, ROI o de cualquier otro término relacionado, que explican y señalan la auténtica e imperiosa necesidad de tener un verdadero profesional que maneje todo este entramado social, que parecen demostrar que todo esto, el concepto social, los modos, el trabajo es todo nuevo, surgido ayer mismo.

Aunque muchos crean que esto es algo recientemente salido del horno, no es así.

No es nueva la necesidad de las empresas de contactar con sus clientes, con su audiencia, siempre ha sido algo fundamental para ellas saber cómo se comporta su cliente, cuáles son los hábitos de compra, qué les gusta y qué no. No es nada nuevo ni hemos descubierto la rueda.

Lo que sí ha cambiado, como siempre digo, tal vez, por los adelantos tecnológicos que han tenido lugar en los últimos tiempos o tal vez por la propia evolución de la sociedad o incluso tal vez por el cambio de papel drástico del consumidor, convertido ahora en prosumidor, es la forma en que lo hacemos.

El tan ansiado y necesario networking siempre ha existido: los negocios siempre se han hecho gracias a nuestra habilidad para conseguir contactos, y, si antes teníamos que ir a los mismos establecimientos para hablar con los responsables de las empresas, hoy podemos localizarlos y establecer relaciones con ellos a través de LinkedIn o Twitter. Eso sí, de lo que no hay duda que es un logro del Social Media es la posibilidad de que las pequeñas empresas accedan a parcelas hasta ahora reservadas a grandes compañías, de que nosotros mismos seamos más competitivos. Podríamos decir que ha supuesto una democratización de los negocios.

No hay duda de que la forma de trabajar ha cambiado también, en la forma, pero no en el contenido. Realmente, las tareas son las mismas: creación de contenidos corporativos, mantener una red de contactos…, pero es distinto, ahora las relaciones se fraguan por Twitter o Facebook.

Creamos comunidad dando a nuestra audiencia algo que necesita o que considera interesante, tal y como hacíamos antes, solo que ahora lo hacemos con la ayuda de un blog, y antes podíamos publicarlo en algún medio escrito o de televisión, y la opinión de la comunidad es visible tanto para la misma audiencia como para nosotros; desengañémonos, debemos estar preparados para recibir aplausos y críticas, igual que hace veinte años, ¿o es que ninguno de vosotros habéis estado descontentos con una empresa y lo habéis dicho a vuestros amigos y conocidos?, la ventaja ahora está en que podemos saber perfectamente de dónde nos viene la crítica, y, por tanto, tenemos la oportunidad de subsanar ese error o esa deficiencia.
Ahora tiene un gran aliado, el Social Media, pero, como digo, mi padre ya hacía todo esto hace veinte años recorriendo España de punta a punta con su coche vendiendo reclamos publicitarios, solo que sus herramientas eran un bolígrafo, una agenda, un cuaderno de notas y un catálogo publicitario.El Community Manager, como todos sabeis, es un poco el director de orquesta de toda esta filarmónica al ser el que pone a punto la sección de cuerda, de viento, de metales y de voz:vigila nuestra presencia en los Social Media, hace networking, comparte, crea y difunde contenido de valor. Es quien cultiva las relaciones con la comunidad, el que estudia cuáles son sus necesidades y trata de satisfacerlas, el que analiza sus gustos, quien recibe su feedback y propone cambios para mejorar la estrategia y, en muchos casos, es quien vende un producto sin venderlo, con una orientación claramente comercial.

 

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