Con la llegada de los nuevos medios que suponen una revolución en todo lo que se conocía anteriormente, ya sea la forma de trabajar o la forma de relacionarnos entre nosotros, se han implantado en muchas empresas las nuevas plataformas sociales en las que todo es
inmediatez, contacto directo con el cliente y flujo de información en tiempo real.

Si bien es cierto que las Redes Sociales han permitido que las distancias entre nosotros se acorten y que podamos acceder a una información a la que antes no podríamos haber accedido, también ha provocado la aparición de un falso mito, y es que la solución para hacer dinero rápido y fácil pasa por crear una campaña de marketing digital.

Nada más lejos de la realidad.

De hecho, esta falsa creencia da lugar a muchos equívocos, como, por ejemplo, el de pensar que si contratamos a un Community Manager que gestione nuestros perfiles sociales, perfiles que abriremos en todas las plataformas sociales que existen en la actualidad, aunque no seamos capaces de actualizarlos todos y cada uno de ellos, y que, con que ese “Community Manager” publique cada 5 minutos o cada dos horas, eso da igual, lo buena que está la cerveza y las tapas de nuestro restaurante, es suficiente para que hordas de clientes se interesen por nuestro negocio e irrumpan inmediatamente en nuestro lugar.

Contratar a un Community Manager es hacer marketing digital, éxito asegurado.
 
¿Qué puede salir mal?

A todas aquellas personas que piensan de esta manera, decirles que se equivocan.

El Community Manager no es más que un peón más dentro de una estrategia de marketing bien planeada y bien planteada, pero, al igual que un buen filete tarda un tiempo en hacerse bien, una estrategia de marketing no es cuestión de días ni de semanas, sino más bien de ver resultados a medio o largo plazo. Una compañera afirmaba que para que los primeros resultados sean algo visibles deben pasar al menos seis meses.

Usando de nuevo la metáfora, de la misma manera que una buena paella se hace sobre la base de un buen refrito y sobre este se añaden los demás elementos, una estrategia se fundamenta en la planificación, el análisis y el estudio, y sobre esto se añade todo lo demás.

No podemos crear una estrategia sin conocer la marca para la que vamos a crear la estrategia, si no conocemos a la competencia, nuestras debilidades y nuestras fortalezas, las oportunidades y las amenazas. Sobre ello ya podemos añadir todo lo demás, podemos
establecer cuál y cómo será nuestra presencia en redes sociales y cómo nos vamos a comunicar con el cliente.

Es mucho trabajo y mucho análisis, y, para hacerlo bien, es necesario tomarse el tiempo necesario.

 

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