Recuerdo que durante mi tierna infancia escuché muchas veces para decir que una vez se aprenden las cosas bien que es como montar en bicicleta, que nunca se olvida.

Naturalmente, si aprendes algo bien es complicado que lo olvides, y esto de lo digital y el mundo dospuntocero, sobre todo cuando hablamos del tema de la escritura para blogs, no se olvida. Siempre puedo aplicar eso que también dice mi madre, gran fuente del conocimiento popular: quien tuvo, retuvo. 

Pero el post de hoy no va por esos derroteros. Va más bien en la línea de la continuidad.

Me viene a la cabeza ahora mismo una frase que me dijo una persona: “cuando te subes al escenario por primera vez con una guitarra y un micrófono no hay vuelta atrás. Es un veneno que se te mete dentro y no sale nunca.” Y recuerdo que mi primera vez en un escenario me pasó exactamente eso. A pesar de que ya hace tiempo que no lo hago.

Con los blogs pasa lo mismo. 

Cuesta mucho trabajo empezar, porque, entre otras cosas, piensas que nunca estás preparado para dar el salto. Te da miedo apretar el botón de “publicar” y antes de hacerlo miras, lees y relees el texto que has escrito mil veces, y en cada una de esas veces ves algo nuevo que no está bien y que te hace no apretarlo. Nunca estás preparado para empezar.

Luego, cuando ya has publicado el primero, todo es más sencillo. Le pierdes el miedo a publicar un artículo, aunque eso sí, sin perderle el respeto, ya que eres consciente, al principio demasiado consciente, creo, de que puede haber personas que lean lo que escribes, y que lo compartan.

Nunca debemos perder el respeto, nunca debemos dar por hecho que publicar un artículo es algo fácil y que hacemos de forma automática. Es igual que subirse a un escenario. Puedes tener más o menos tablas, pero a la hora de actuar o de cantar, debes ser consciente qué estás haciendo. Y hacerlo bien.

Pero cuando haces “blog” ya no hay stop. Entras en una espiral extraña en la que cada vez te resulta más y más fácil escribir entradas y darle al botón, y cada vez escribes más, y si puedes, en otros blogs que no son el tuyo. Escribir se convierte en una parte fundamental de tu rutina, y no hacerlo ya se te hace raro. Y es que, igual que decía que Miguel Ríos cantaba aquello de “los viejos rockeros nunca mueren”, yo digo que los viejos blogueros nunca mueren, puesto que no importa si hace tiempo que no escribes un post, de alguna manera siempre vas a encontrar la forma, el momento y el pretexto perfecto para hacerlo, aunque sea como blogger invitado en algún medio.

El blogging es algo que se te mete dentro y ya no sale si lo haces por verdadera vocación, al margen de si es parte de tu trabajo. Algunos afortunados tenemos la suerte de que lo hacemos por vocación y por profesión.

En mi caso, siempre me ha gustado escribir y siempre que he tenido la oportunidad he escrito sobre cualquier cosa, en papel y, posteriormente, en medios digitales. Es una relación de amor incondicional la que empezó entre nosotros hace ya muchísimo tiempo. Y aún sigo enamorada. Locamente.

¿Y tú, ya has hecho “blog”?

 

Share This
Abrir chat
1
Hola!! Cuéntame...