De un tiempo a esta parte han empezado a aparecer en diferentes soportes unos elementos que para muchos son ajenos.

Se trata de unos códigos cuadrados bidimensionales que tienen insertos tres cuadrados en tres de sus cuatro esquinas, normalmente de color blanco y negro, que podemos utilizar como herramienta de marketing.

Estos códigos se denominan QR, que responde a Quick Response, creados en Japón por la empresa Denso Wave, compañía filial de Toyota en el año 1994, por Euge Damm y Joaco Retes, y son muy populares en el país nipón.

Uno de los motivos de su popularidad creciente es la facilidad con la que los podemos leer gracias a que cada vez más, el papel de los smartphones es más importante, y que, todos los smartphones, ya sean Blackberry, Android o iPhone, traen incorporados lectores para este tipo de códigos que simplemente funcionan  apuntando nuestra cámara al código, e inmediatamente los datos insertos en el código se almacenan en nuestro teléfono sin necesidad de almacenar tarjetas de visita.

Algo que favorece también mucho el uso de estos códigos es que estos lectores también vienen de serie en tablets o en ordenadores tradicionales, y todos tenemos alguno de estos dispositivos.

Una de las ventajas que tiene el uso de estos códigos es la posibilidad de aumentar la información que podemos incluir al margen de nuestras publicación, como ejemplo, mencionaremos que la revista National Geographic ya incorpora códigos QR para complementar la información que ofrece en su publicación con vídeos, imágenes o enlaces hacia otras publicaciones. No obstante, un inconveniente que plantean los códigos QR tradicionales es que en estos códigos podemos almacenar URLs o información de contacto, o incluso vídeos y fotos, pero, no podemos tener toda esa información en el mismo código.

Por ese motivo existen otro tipo de códigos QR, los inteligentes, los cuales pueden ir modificando la información que contienen en distintos momentos y siempre pueden estar actualizados, aunque estos no son gratis, como lo son los QR gratuitos.

Otra ventaja es que el QR puede restaurarse fácilmente hasta un nivel del 30% y se puede leer de forma rápida.

Algunas cosas que podemos hacer con los QR son, por ejemplo, la información añadida a monumentos, objetos o productos. Podemos incorporar los códigos QR a las tarjetas de visita, que cada vez son más comunes, con lo que, gracias a los lectores incorporados en los smartphones, no necesitaremos esas tarjetas, con el consiguiente ahorro en papel. También podemos usarlos para incorporar promociones, concursos o premios.

Además, son fácilmente difundibles, ya que tras generarlo, podemos imprimirlo y colocarlo en cualquier lugar, por lo que son perfectos para hacer publicidad, incluyéndolo en diferentes artículos de merchandising.

Puede ser también un método para tener accesible nuestro catálogo 24 horas, incluso cuando nuestro negocio esté cerrado, ya que podemos incluir en él un link a nuestra tienda digital o a nuestro inventario. También podemos usarlo para crear una ficha con todos nuestros perfiles sociales desde nuestra página web.

Y tú, ¿ya los usas como parte de tu estrategia?

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