Es un hecho que una de las tendencias más populares como modelo de negocio es el Cloud Computing o Computación en la Nube. Son muchas las empresas que están adoptando este modelo como forma de reducir gastos en infraestructuras y equipos, así como modo de poder facilitar a sus empleados el acceso a la información.

Pero, ¿qué es realmente la Nube?

La Nube, para que nos entendamos, es Internet. El servidor que nos ofrece los servicios está en centros de datos, que son los encargados de ejecutar las aplicaciones, recursos y servicios alojados en ellos, a los cuales puede acceder el usuario de forma fácil.

Cabe diferenciar entre diferentes tipos de nube, como, por ejemplo, el modelo Saas, que utilizan el software como servicio. Estas nubes ofrecen servicios en servidores externos al usuario, donde pueden acceder a las aplicaciones gratuitas o de pago, aunque en esta no es posible tener el control de las aplicaciones. Se contrata bajo demanda, es decir, usamos una aplicación por usarla en caso de plataformas de pago, simplemente identificándonos. Un ejemplo de estas sería Dropbox o Gmail.

La nube PaaS ofrece la Plataforma como Servicio. En este caso se trata de plataformas de programación en la nube que ofrecen espacios para poder desarrollar aplicaciones, siempre desarrollando las aplicaciones en un lenguaje que acepte nuestro proveedor. En este caso, el usuario no podrá gestionar la Infraestructura, es decir, lo más parecido a la disponibilidad de hardware, almacenamiento y capacidad de cómputo, pero si podrá acceder a las aplicaciones que se utilicen y a la configuración de las mismas.

Al usar la Infraestructura como servicio, es decir IaaS, se liberan los datos de los centros de almacenamiento de las empresas para que estos pasen a formar parte de las bases de datos presentes en servidores externos, como, por ejemplo, bases de datos o el espacio utilizado en el disco, por cuyo consumo pagan los usuarios.

El Cloud Computing aporta posibilidades respecto a otros modelos de negocio para las distintas empresas. Por ejemplo, la nube ofrece una capacidad de almacenamiento sin necesidad de tener un espacio utilizado en nuestros ordenadores.

Por otro lado, al ser un espacio virtual que soporta aplicaciones, proporciona canales que antes no existían para fabricantes de software, ya sean empresas o profesionales independientes, y su crecimiento está siendo muy rápido.

Las aplicaciones empresariales tienen un rendimiento mucho mayor en este espacio, además de que son mucho más fáciles de integrar con los diferentes servicios web, los cuales son globales, es decir, accesibles en todo el mundo de una manera sencilla, sin necesitar conocimientos técnicos acerca de la nube.

Además, es fácil recuperar los datos, ya que, en caso de mal funcionamiento, con hacer un backup y no necesitar actualizaciones, la última copia es la que prima, aunque, como contrapartida, los datos escapan al control del usuario, quedando a disposición del proveedor.

Como ventajas cabe destacar, por ejemplo, el hecho de que no se necesitan gestiones complicadas, simplemente basta con pagar el servicio para tener derecho a usarlo, con la posibilidad de modificar siempre el tipo de servicio. Algo que los usuarios que están dentro del mundo del Social Media necesitan con mucha frecuencia es la métricas, y pueden monitorizar y controlar este servicio, y, esto es algo que se puede hacer en el Cloud Computing. 
Otra ventaja es la escabilidad. Esto es, se trata de un sistema predecible y efectivo. Para que nos entendamos, si un servidor utiliza 50 aplicaciones, dos servidores manejarán 100, de una forma rápida.en muchas ocasiones, se usa para enviar informes de facturación para proveedor y usuario.

Para las empresas supone una forma de ahorro, ya que puede suponer un gasto considerablemente menor en infraestructura, reduciendo todos aquellos elementos que no son necesarios, y, por lo tanto, prescindibles, al necesitar, como único requerimiento un navegador, puesto que el almacenamiento y el procesamiento de los datos se realiza en servidores externos y no necesitar pagar las caras licencias que se tenían que adquirir en el pasado.

No obstante, también presenta inconvenientes. Uno de los argumentos más esgrimidos en su contra es la seguridad, argumentando que, al no controlar los datos el propio usuario y ser las empresas proveedoras las que manejan la información presente en la nube, estos datos podrían caer en manos inadecuadas, lo que pone en peligro nuestra privacidad.

Otro inconveniente que se plantea al hablar de la nube es que sólo se puede utilizar online, es decir, usando la conexión a internet, estando inaccesibles los datos almacenados en el espacio virtual en modo offline.

 

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