Una de las tareas diarias del Community Manager es la de actualizar los distintos perfiles sociales en los que nuestra marca tenga presencia, además de otras muchas.

Otro de los aspectos, y a mi humilde entender, uno de los más interesantes e importantes de todos los que ofrecen las redes sociales, es el hecho de permitirnos y exigirnos al mismo tiempo crear relaciones más o menos sólidas con usuarios y otros profesionales usando el recurso de la interacción, el diálogo y el trato humano.

La opción para el profesional dospuntocero que tiene que atender a la actualización contínua de los perfiles sociales, monitorización, creación de contenidos y otras tareas es la de usar herramientas de actualización automática, que le permiten ahorrar tiempo en la publicación de esas actualizaciones.

Sin embargo, la actualización automática, o el marketing de automatización, a pesar de ser una herramienta perfecta para ayudar al día a día del Community Manager, tiene muchos detractores, puesto que estos usuarios argumentan que usando esta técnica perdemos la esencia del Social Media, que no es más que la humanidad que debe subyacer detrás de cada marca.

Es muy cierto que la marca debe mostrar su lado más humano en las redes sociales para lograr ese engagement tan necesario para realizar las distintas acciones, pero, ¿hasta qué punto perdemos esa humanidad si usamos herramientas como Hootsuite o Buffer para programar nuestras actualizaciones?

A pesar de que hay quien piensa que usar la actualización automática significa convertir nuestros perfiles sociales en un dispensador automático de tweets, no tiene necesariamente porqué ser así.

Podemos utilizar la automatización de modo responsable, simplemente, de manera que nuestras actualizaciones sean meras excusas para empezar a conversar, digamos, para romper el hielo con temas que puedan interesar a nuestra comunidad.

Depende de nosotros si nuestro perfil se convierte en algo robótico o sigue siendo algo personal, humano, con nuestro toque diferente que permite a los demás ver que detrás de esa marca hay alguien.

Para ello, es más que recomendable participar en la conversación que creamos, ponerle humor a nuestros contenidos, interaccionar…y, por supuesto, tenemos la obligación de intentar hacer partícipes a los demás de la conversación, de intentar involucrarlos…

La automatización puede hacernos menos humanos si no la usamos de manera adecuada, pero, usándola como debemos, nos da una gran oportunidad para ser, si cabe, más humanos, para centrarnos en la conversación y en el diálogo con los demás.

¿Qué piensas tú?

 

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