Durante toda mi vida me he negado en redondo a ser esclava de las habladurías de los demás por no vestir como vestían las demás chicas de mi edad y por no hacer caso más que omiso a quienes censuraban mi comportamiento en la adolescencia, cuando todas mis amigas estaban más preocupadas de gustar a los chicos del instituto que de estudiar para el examen del viernes.

Como no podía ser de otra manera, este comportamiento se acrecentó pasada esa etapa de mi vida, y sigo aún hoy resistiéndome a todo aquél que me dice cómo actuar, eso sí, basando mi comportamiento y relaciones con los demás en una estricta ética y en la empatía. No hagas lo a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, como dicen por ahí.

No me malinterpretéis, entiendo que en algunas ocasiones es necesario seguir determinadas convenciones sociales, como por ejemplo, ir bien vestido a una entrevista de trabajo, pero, si os digo la verdad, trato de huir a diario de esas convencionalidades.

Cuando vivimos de cara a los demás es necesario adaptarse y adoptar ciertos roles, pero, me pregunto si esto también es válido para el Social Media o si podemos escapar de los estereotipos y “requisitos sociales”, por llamarlo de alguna forma.

Esto se pone de manifiesto en algunos eventos de Social Media a los que he asistido: en cualquier evento de cualquier otra índole, los ponentes que se van a dirigir a una audiencia van elegante e impecablemente vestidos, con trajes de chaqueta, pero, si ves a cualquier speaker de este mundo dospuntocero, y hablo del speaker puro y duro, va en vaqueros y camiseta, usando un tono desenfadado y despreocupado, igual que su actitud, a la hora de dirigirse a su público.

¿Por qué? ¿por qué se cambian las tornas?  Os pongo un ejemplo más claro aún: he realizado muchas entrevistas de trabajo a lo largo de toda mi vida, y, para ir a ellas, he tirado de fondo de armario, utilizando mis mejores galas, pero, para acudir a la última entrevista para la agencia de marketing en la que trabajo, más bien, a la charla, fui en vaqueros y botines, y eso no dio una imagen negativa de mi.

 

 

¿Es que se valoran más las aptitudes y las actitudes que lo “visible” en Social Media? Yo diría que sí.

No hay duda de que al ir a una empresa a vender un plan de Social Media es conveniente ir convencionalmente vestido, pero, luego la cosa cambia, nadie te mira mal por ir a trabajar con una sudadera.

Quizá tenga algo que ver en todo esto la parte no comercial. Quiero decir, que, por ejemplo, el trabajo de un Community Manager no es ser vendedor, aunque lo tenga que hacer indirectamente, no diciendo “compra”, pero mostrando de forma sutil las ventajas y beneficios que nos puede ofrecer un producto, y, por supuesto, el hecho de que todo el trabajo, todas las relaciones entabladas entre los usuarios se cristalizan a través de internet, siendo el ordenador nuestro vehículo para llegar a los diferentes clientes.

Pero es curioso este cambio de actitud, sin duda.

¿Por qué todo lo relacionado con el Social Media es más desenfadado, incluso, más dicharachero? ¿Por qué es todo como más cercano? ¿Es que la apariencia no importa en Social Media? ¿Por qué?

Share This
Abrir chat
1
Hola!! Cuéntame...