En los últimos tiempos son muchísimos, cada vez más, las marcas, agencias y profesionales (y usuarios) que se han rendido a los maravillosos encantos del marketing de contenidos como forma eficaz de lograr encontrar un hueco en el mercado en el que están inmersos y, sobre todo, de lograr adquirir una posición de expertos en su sector, tratando de sobresalir por encima de su competencia directa e indirecta creando y compartiendo un contenido de la mayor calidad posible, proporcionando así un valor añadido a su comunidad que no puedan encontrar en otro lugar y generando así una vinculación profunda y fuerte con la marca, haciendo que el usuario vuelva a por más.

Pero muchas veces, quizás debiera decir que la mayoría de veces, no es suficiente crear un buen contenido de calidad, puesto que asistimos ante una saturación increíble en los medios de información, de contenidos. Hablamos de la infoxificación.

Por este motivo,  se hace necesario buscar otro modo de destacar, otra forma de llamar la atención del usuario y de conseguir que se sienta identificado con nosotros, con lo que ofrecemos y con lo que queremos transmitir, para lo que un buen recurso es el Storytelling.

Para Christian Salmon, quien acuñó y usó este término por primera vez, Storytelling es “la máquina de crear historias y formatear mentes”, el arte de contar historias que lleguen a lo más profundo de nuestro usuario y se sienta identificado con ellas. El resultado de conseguir esta vinculación es la creación de una experiencia fuerte de usuario.

Lo cierto es que el Storytelling funciona bien para las marcas porque el mercado se ha vuelto global gracias a internet. Los usuarios están expuestos a más datos, contenidos e ideas que antes. El marketing tradicional ya no funciona, precisamente porque la globalización requiere que las marcas destaquen por encima de las demás y el Storytelling nos ayuda a crear una conexión especial con el usuario.

Por otro lado, el aspecto más psicológico, por decirlo así, está de nuestro lado. Cuando nos encontramos ante una decisión de compra, todos nos dejamos guiar más por la emoción que por la razón, por lo que las marcas que ya utilizan el Storytelling como parte de su estrategia conectan mejor con su público y con su comunidad, y, por lo tanto, con sus clientes.

No podemos perder de vista que las historias llegan a todo el mundo. Piensa un momento, ¿cuándo fue la última vez que viste una presentación de PowerPoint que te impactó tanto como para hablar de ella con tus conocidos?  Las historias son mucho más fáciles de compartir y de recordar.

Además, las marcas consiguen más ROI gracias al Storytelling. Los usuarios respetan a las marcas que se comunican con ellos de una forma cercana y sincera en lugar de decirles lo que comprar o contratar. Contar una historia es ayudarles a llegar a una conclusión.

No te engañes. No son cuentos, es Storytelling.

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