¿Alguna vez os ha pasado que habéis estado en algún lugar, o paseando por la calle, habéis visto a alguien cuya mirada se ha cruzado con la vuestra y habéis sentido que queréis estar con esa persona? Eso es amor a primera vista, y ocurre no sólo en las películas, sino en la vida real.

Es algo que no podemos controlar, una reacción química que ocurre en nuestro interior y que libera una serie de sustancias que nos hace sentir de una o de otra forma y puede no obedecer a razones.

Una de las sensaciones más maravillosas del mundo, y en esto estaréis de acuerdo conmigo, es estar enamorado, y en Social Media también podemos enamorarnos a primera vista.

Seguramente os ha pasado, a mí sí, haber estado en Twitter o en Facebook y haber leído un tweet o un post que os ha movido algo dentro de vosotros, algo que os ha hecho decir “wow, tengo que leer más”. Ese es el momento del contacto, en el que los ojos del uno se fijan en las letras del otro, y es cuando sabemos que ese momento, ese instante en el que sentimos que nos identificamos con el post, con el mensaje que nos transmite ese usuario en ese mismo momento, nos ha ganado como follower, suscriptor o fan.

Es el principio de nuestra relación.

A partir de ese momento sentiremos la necesidad de buscar más contenidos de ese usuario, visitaremos, igual que haríamos con la persona de la que nos hemos enamorado, su blog a diario, nos configuraremos alertas en las distintas plataformas como Netvibes o Google Alerts para no perdernos ni uno solo de sus posts, le diremos cada mañana “buenos días” o responderemos a su saludo todos los días.

Estaremos vinculados a ese usuario, nos moverá el sentimiento y la emoción, y tendremos una conexión especial con él. Se convertirá en un imprescindible, y necesitaremos su contenido, no sólo porque tiene buena apariencia, sino porque es de una calidad increíble.

Pero la calidad de un usuario sólo podemos detectarla siguiendo su actividad, con el tiempo. Eso hace que la relación con él madure y fortalezcamos los lazos que nos unen a él.

Al principio, cuando nos enamoramos de un usuario, solo podemos atisbar el motivo por el que nos enganchamos a él, lo sospechamos y lo intuímos, y nos gusta, nos gusta mucho.

Las mariposillas en el estómago es lo que sentimos cada vez que vemos un post publicado de esa persona.

A mí me ha pasado muchas veces, ¿y a tí?

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