Una de las cosas que hacen irresistible a un post, a un blog, es el estilo en el que están escritos.
No podemos dejar de tener en cuenta que el estilo es la base de la comunicación, que es lo único que asegura que, pese a las distintas personalidades de usuarios y trabajadores, mantenemos un discurso consistente.
Si nunca hemos tenido una Guía de Estilo, si nunca la has redactado para nadie, este artículo puede ser un punto de inicio, y si lo has hecho, quizá te ayude a agilizar el proceso y a hacer que sea mucho más efectivo.
Lo primero que hay que tener en consideración es que una Guía de Estilo no es la Biblia, y si lo consideras de esta forma, entonces, obviamente, no has entendido de qué va ni para qué sirve. Una Guía de Estilo es un punto de arranque para la gente que escribe en tu web o blog. Debe ser precisamente eso, una guía. Puede resultar difícil realizar nuestro trabajo a ciegas, sin saber qué se espera exactamente qué se espera: ¿en qué tono debemos escribir?¿sobre qué escribimos?, ¿hablamos de tú o de vosotros?¿puedo usar el humor para conseguir llegar a nuestro público objetivo?¿cuánto contenido creo?
Una guía de Estilo no es tampoco un libro de texto, existe para proporcionar orientación a los creadores de contenidos. La Guía de Estilo es el punto de inicio para entender cómo quiere una marca ser percibida por sus usuarios.
Para ello es necesario encontrar nuestra voz, que será la que los usuarios escuchen. Pero, más allá de saber qué es nuestra voz, ¿cómo encontrar la nuestra?
Si una marca es la personalidad de la empresa, la voz es la repetición de la personalidad de la empresa; es la expresión de la marca al consumidor, la forma en que la empresa comunica.
Una buena forma de averiguarlo es preguntar a los propios trabajadores. Debes conocer qué es lo favorito de cada uno de los trabajadores, que no tiene que ser necesariamente lo que la empresa haga mejor. Al fin y al cabo, una empresa es tan buena como lo sea su personal, por lo que conocerlos mejor puede ser un buen comienzo.
También es buena idea preguntar a tus clientes, para ver cómo perciben a la empresa.
El tono de voz cambiará dependiendo de la situación. ¿Cómo percibe a la empresa un usuario que llega a la web por primera vez?
Una vez hemos encontrado nuestra voz es hora de atraer a los redactores de nuestro blog. Es necesario que sean personas que comprenden a la perfección y que tienen empatía con los demás, involucrados en el proceso de la búsqueda de nuestra voz, ya que parte de su tarea será crear contenidos que tengan puntos de contacto entre empresa y cliente.
Debemos articular la guía de estilo en base a los distintos supuestos que establezcamos, pero siempre siendo escuetos.
Pero no creas que el trabajo acaba con la creación de la Guía de Estilo, ya que este documento ha de ser un documento vivo que evoluciona con y de acuerdo a las necesidades de la empresa, para lo que se recomienda que se someta a revisión anualmente.
Para agilizar y realizar estos cambios, es positivo que haya alguien que se encargue de ello, a ser posible, que haya estado vinculado a su creación. Esto hará que las modificaciones sean más fáciles y nos asegurará cambios consistentes y adecuados.
Una guía de estilo solamente tiene razón de ser si es para usarla, por lo que es importante que todos tengan acceso a ella y, aunque la guía de estilo no es ley, es un elemento crucial a la hora de buscar la voz de la compañía y debería ser obligatoria lectura antes de comunicar cualquier cosa a través de los canales.
¿Y tú, tienes estilo?