A raíz de una conversación tenida en Twitter, me surgió la idea de este post.
Todo empezó con este tuit:
Existen muchas falsas creencias acerca de la comunicación, sin entender que se trate de un proceso muy complejo en el que ni están todos los que son, ni son todos los que están. Está claro que en un proceso comunicativo existen varios elementos, a saber, emisor, receptor, canal y mensaje (entre otros), pero también existen competencias comunicativas distintas.
Imaginaos, por ejemplo, un médico, y os pongo este ejemplo salvando las muchas diferencias que existen con el tema que nos ocupa… Un médico puede ser cardiólogo, médico de familia, otorrino o cirujano, al fin y al cabo, es un médico, no? Está claro que todos los especialistas tienen una parcela común, unos conocimientos comunes.
La comunicación es igual.Comunicación es el proceso mediante el cual se transmite información a través de un determinado canal a un receptor, aunque, al existir distintos canales, la comunicación se realiza de un modo diferente en cada uno, dependiendo del receptor y, por supuesto, como hemos dicho, del canal.
Una forma de comunicación es la escrita, escribiendo artículos, compartiendo información en blogs o en medios escritos, no necesariamente impresos. A la hora de escribir un post es necesario ser capaz de trasladar al usuario una idea, un mensaje claro, y es necesario para ello saber elegir las palabras adecuadas, así como el tono. Por su parte, la comunicación hablada, la oral, necesita lo mismo, que el mensaje llegue al receptor.
La diferencia es cómo llega.Se puede ser un grandísimo orador, con una facilidad increíble para comunicar y llegar a la audiencia que te escucha y no ser capaz de enlazar una palabra con otra delante de una hoja de papel en blanco, y al contrario, como es mi mismo caso, puedes tener facilidad para escribir un artículo y a la hora de ponerte delante de personas, no ser capaz de comunicar. Son distintos tipos de inteligencias.
Está claro que tanto una como otra te ayudan a estructurar tu mente, y tanto el orador como el escritor son buenos comunicadores, aunque también es cierto que, generalmente, el que escribe bien habla bien y viceversa.
No creo que el que mejor escribe sea el que mejor comunica, sino más bien que cuanto más escribes, más desarrollas esa competencia, y cuanto más “hablas” más desarrollas esa otra, aunque sí, por supuesto, cuanto más desarrollas esas competencias, las dos, mejor comunicas.
Por otro lado, es posible que sepamos escribir muy bien que nuestro estilo no sea dospuntocero, que nuestro estilo sea más literario, por decirlo así, en cuyo caso, tampoco estaremos comunicando adecuadamente, ya que la comunicación dospuntocero tiene que ser directa, clara y concisa, sin artificios.
¿Estás de acuerdo?
Sí, Inma. Estoy de acuerdo. Cómo no. Solo una aclaración. La frase citada –que ha sido extraída de un manual de estilo en Internet– se pronunció en el contexto de un curso de social media. Es decir, se refiere a la comunicación en RR. SS., que se cimenta en las formas escritas. Obviamente, para otras formas de comunicación no es determinante la corrección lingüística. Pero el gestor de redes debe escribir bien. Con estilo, creatividad e higiene ortográfica. No hay otra.
En mi opinión, el estilo comunicativo –sea “dospuntocero” o “literario” – se dirigen a ámbitos concretos (tantos como colores tiene el arco iris). Aunque converjan en usar el mismo canal (vía, digamos, on line), el público al que va dirigido será el que marque el registro más adecuado de comunicación. Y para ello el comunicador deberá adaptar su “jerga” en pos de una adecuada aceptación. Así que comunicar es un esfuerzo adaptativo del mensaje para que el receptor tenga a bien entenderlo (…vaya paliza, no?)
Totalmente de acuerdo. Cuando escribes para alguien comunicas y para hacerlo de forma adecuada debes tener siempre en cuenta los elementos que intervienen como son el receptor, el canal y el código. Ahora bien, en ese momento entran en juego las habilidades comunicativas de cada uno y la capacidad de adaptar el discurso al público al que se dirige que son las que determinaran si el proceso de comunicación acaba en éxito o no. De la misma forma que un profesor (por poner un caso ya que me ha sucedido mas de una vez en mi vida académica) puede ser un erudito en su disciplina pero no saber comunicar la materia a sus alumnos o no sabe plasmar por escrito estos conocimientos. El mensaje positivo es que todo se aprende y la práctica nos llevara al éxito (se supone).