Solamente podrás crecer si estás listo para sentirte incómodo e intranquilo a la hora de intentar hacer algo nuevo.
Un aspecto importante del desarrollo propio, de la mejora, es saber cuando es hora de cambiar algo sobre ti mismo. Cuando cambias, te vuelves más sabio, más preparado y más cómodo con una tarea determinada o situación. No obstante, cualquier cambio hará tu vida más cómoda a largo plazo, pero puede ser complicado porque eso implica dar un paso adelante y salir de tu zona de confort.
¿Cómo podemos sentirnos menos incómodos?
Para la mayoría de nosotros, cuanto más salgas de tu zona cómoda más ganas y más fácil se vuelve. Cuanto más ganas, es más probable que estés preparado para dar otros pasos adelante en el futuro, pero la cuestión es ponerse manos a la obra.
Para ello, puedes probar con hacer algo nuevo una vez a la semana. No te quedes atascado siempre en lo mismo, sino que en vez de eso, abre tu mente a ideas nuevas y originales. Haz algo nuevo cada 7 dias o así. No sé, lee algo que no suelas leer o sal a correr si no eres de los que hacen deporte, o prueba a escribir de vez en cuando.
Empieza poco a poco. No te costará mucho si lo haces paso a paso, y te ayudará a salir de tu zona de confort.
Reconocer la incomodidad de estar fuera de tu zona de confort es importante también, pero no te preocupes, esos sentimientos y esas sensaciones son completamente normales. Casi todo el mundo se siente descolocado cuando tratamos de hacer algo por primera vez. Después de que identifiques esos miedos es más fácil intentar hacer algo diferente. Escribe qué te asusta para vencerlo. Es la clave para intentar profundizar más.
Por otro lado, es increíblemente genial tratar de hacer algo nuevo, y siempre lo recordarás como una buena experiencia, aunque también es fantástico compartirlo con los demás. Si tus amigos te cuentan que han hecho algo que jamás han hecho, debes animarlos a que lo vuelvan a hacer, y es que compartir tu historia te anima a probar nuevas experiencias, y, para ello, elige a alguien que te ayude a lograrlo y que te cuente sus experiencias.
Una vez has visualizado la experiencia que quieres, imagina cómo será vivirla. Dibújalo en tu mente. Igual siempre has querido tirarte en paracaídas, pero no te has atrevido. Cierra los ojos e imagínate arriba, en el avión a punto de saltar, y en el aire. Lo sientes en tu cara, el vértigo de la caída. Luego, hazlo.
Salir de tu zona de confort puede ser una experiencia increíble. Pierde el miedo a probar lo nuevo, y quién sabe, a lo mejor descubres que te encanta…
Me quedo con el consejo de realizar los cambios poco a poco, porque así nos vamos adaptando a lo nuevo de manera progresiva y se siente mucho menos la presión de dar un giro radical. La mayoría de personas que pretenden un cambio demasiado brusco, por lo general terminan fracasando, ya que la presión mental es muy grande.
Sí, así es, Francisco. Vísteme despacio que tengo prisa, como dice mi madre…
A veces los cambios hay que hacerlos rápido y de forma radical, pero la opción del cambio progresivo es igualmente válido, todo depende de la circunstancia, la situación y la necesidad, ¿verdad?
Muchas gracias por pasar por aquí y regalarme un rato de tu tiempo. 🙂