Muchos son los profesionales que he escuchado decir a boca llena que el contenido de calidad es imprescindible en una buena estrategia para crear una imagen fuerte y poderosa de marca, para convertir la marca en un referente para todos los usuarios y poder crear así alrededor de ella una comunidad que esté ávida de contenido y para los que seamos una fuente de contenidos relevantes que puedan consumir y aprovechar.

Tras buscarlos en la blogosfera para leer su contenido, veo que el que escriben no es del todo adecuado a su discurso, ya que difícilmente el blog se deja leer, ya sea por el propio contenido en sí o porque  esté enterrado en cantidades de elementos que no permiten centrarnos en lo importante, aunque esto último es otra historia.

El contenido que compartimos en las redes sociales, por supuestísimo, debe ser lo mejor posible, lo más interesante que podamos encontrar debemos ponerlo al alcance de un tweet de los demás usuarios que componen nuestra comunidad, dar para recibir. Pero la cuestión es que también tenemos la obligación de crear contenidos de calidad, y aquí es donde la cuestión es más espinosa:

¿Qué es exactamente el contenido de calidad? ¿Existe algún estándar por el que medir el contenido que creamos?

Existen consejos, pautas, reglas escritas por blogueros y profesionales que sientan las bases de cómo debe ser un post de calidad, pero, volvemos a lo mismo, podemos seguir las pautas en cuanto a la construcción y estructura del artículo, pero, en cuanto a la calidad, es algo más complicado.

La calidad de algo depende mucho de lo que los usuarios busquen, de sus necesidades, es algo más bien subjetivo. Cuando hablamos de que necesitamos crear los mejores contenidos tenemos que pensar siempre en qué es o puede ser lo mejor para nuestra comunidad, que, al fin y al cabo, es la que nos lee. Por supuesto, es necesario crear contenidos que estén bien construídos, que sean coherentes, amigables para el SEO y fáciles de leer, pero también debemos conocer muy bien lo que espera la comunidad de nosotros y proporcionarselo.

Ese es el contenido de calidad para ellos.

Por lo tanto, podemos concluir que el marketing de contenidos tiene mucho de investigación y de análisis, mucho trabajo de campo para conocer a nuestros usuarios.

Párate y reflexiona un momento, ¿ofreces contenidos de calidad? La mejor respuesta, la que te da tu propia comunidad.

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