Mi madre siempre me decía de pequeña que es muy importante rodearte de la gente adecuada de cara a tener una imagen para los demás.
Recuerdo que cuando era adolescente iba con un grupo de amigos que a mí me caían muy bien, que eran buena gente, pero que, allá a principios de los 90, no llevaban una pinta muy convencional, aunque yo no vestía como ellos. Mi madre los llegó a conocer y le agradaron, pero al llegar a casa me dijo: “Inma, esos chicos parecen muy simpáticos, pero, piensa que con la pinta que tienen la gente puede pensar que tú eres tan macarra como ellos, aunque no sea verdad.”
Hoy en día más de una vez y de dos pienso en esas palabras, en que mi madre tenía razón, pues la gente suele formarse una idea, a veces equivocada, acerca de una persona en base a las personas con las que se relaciona.
En lo digital es exactamente lo mismo.
En las redes sociales y el mundo dospuntocero, un entorno en el que las relaciones que se mantienen son virtuales, el profesional vive de su propia imagen. El profesional es juzgado por la imagen que se tiene de él en el ecosistema digital, por la gente a la que sigue, por quien le sigue, por qué dice, por cómo lo dice.
Es un ejemplo claro del refrán de mi madre. Un ejemplo de sabiduría popular actualizado a los nuevos tiempos.
Dime lo que compartes y te diré quién eres.
Si aspiramos a formarnos una imagen profesional, incluso de experto en nuestro campo, tenemos que ser muy pero que muy cuidadosos a la hora de escoger el contenido que compartimos desde cualquiera de nuestros perfiles sociales.
No podemos crearnos una buena reputación si no ofrecemos una buena imagen, si para los demás no somos quienes queremos ser. Es por ese motivo por el que necesitamos hacer un ejercicio de curación de contenidos de calidad, eligiendo el mejor contenido para compartir con nuestros usuarios.
En la creación de esa imagen, también es importante ver quiénes son los usuarios que nos siguen y a los que seguimos, puesto que si seguimos a perfiles del tipo @sexisexi2, probablemente no transmitamos la profesionalidad que queremos comunicar a los demás.
Es importante con quién “nos juntamos” y qué compartimos para transmitir esa imagen de profesionalidad en la que otros profesionales puedan confiar. Piensa que de ella depende nuestra credibilidad como profesionales, sobre todo, como ya he dicho antes, en un entorno en el que la gran cantidad de relaciones que se crean son virtuales, sin hablar cara a cara.
¿Y tú qué piensas?