Si no tienes un proceso creativo a la hora de escribir, seguramente tu contenido no será tan bueno como debería.

¿Sueles empezar con un borrador? ¿Reescribes tus piezas?, ¿cuántas veces sueles editarlas? Son preguntas que te ayudarán muchísimo a mejorar la calidad de tus escritos y tu productividad.

Tanto si trabaja a partir de un esquema como si no, como es mi caso, tenemos que tener un método bien definido para dirigir nuestros esfuerzos hacia el cumplimiento de nuestros objetivos.

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Existen tantas maneras de escribir como escritores hay. El primer paso es encontrar la tuya, conocerla bien y trabajar para hacerlo mejor cada día.

Todos hemos sentido que nuestra forma de escribir no funcionaba, no estaba llegando a nuestro usuario. En estos casos, lo mejor es comprobar qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal. Asume el reto de mejorar a diario y de ir probando y modificando tu proceso creativo, refinándolo cada vez más.

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Ojo, no estoy diciendo que robes material de otros profesionales, sino los métodos que usan para crearlo. Para ayudarte a encontrar tu forma de escribir, te diré más o menos cómo lo hago yo:

Por la mañana es cuando, generalmente, nuestra mente está más fresca, así que lo mejor es aprovechar este momento para crear nuestros contenidos. Tómate un tiempo para echar un vistazo a los medios y busca buenos temas que puedan generar buenos contenidos.

Una vez tengo el tema, es el momento de pensar bien cómo plantearlo, qué enfoque darle, y acto seguido, me pongo a ello.

Luego hago una pequeña escritura libre, en la que dejo que mis pensamientos fluyan libremente, eso sí, siempre con buena música que me ayude a concentrarme y que me haga evadirme del ruido y de las posibles distracciones que pueda encontrar, porque eso sí, para mí, perder el hilo, es tener que empezar de nuevo.

La cuestión es quedarme a solas con mi ordenador, el maravilloso reto de la hoja en blanco, y, generalmente, no me sale uno solo, sino varios.

Una vez tengo escrito el/ los artículos, los chequeo para ver si están correctos gramaticalmente hablando y si tiene la estructura que deseo para, posteriormente, dejar el contenido respirar.

Este es uno de los puntos clave.

Pero, ¿cómo hago esto? Simplemente me pongo en el papel del lector, pensando en si yo encontrase mi propio artículo lo compartiría o lo comentaría, y, teniéndolo en mi cabeza en todo momento, hablo con los usuarios. Aquí es donde reside la interacción de ese contenido con las historias que al final se vuelven realidad, y, en efecto, el contenido cobra vida.

Uno de los errores que se suelen cometer es dejar el artículo a la mitad y luego terminarlo. Es improductivo, ya que al abandonar el artículo, es necesario posteriormente retomarlo en la misma línea en la que lo empezamos, y eso, es imposible. Hacerlo así implica que cuando vayamos a volver a trabajar en él, el enfoque será posiblemente diferente, y a lo mejor, no sacamos el jugo que podríamos.

Así es como lo hago yo, lo que no quiere decir que no haya más posibilidades ni más formas de hacerlo.

¿Cómo lo haces tú?

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