Aunque hoy día puede resultarnos chocante pensar que hace unos años no se pudiera comprender la idea de tener una relación por internet, ocurría. No se entendía cómo dos personas podían comenzar una relación de pareja online, pasando horas y horas chateando con alguien que supuestamente comparte tus gustos y con quien tienes cierta afinidad, pero a quien no habías visto en tu vida, si acaso, por una foto que esa persona te había pasado.
Pero, como otras muchas cosas, internet ha normalizado esto.
Si bien es cierto que hay muchos factores que contribuyen a la normalización de las relaciones online, y ya no hablo de las relaciones de pareja, sino de las que se crean entre marca y usuarios, entre cliente y empresa o entre profesionales, el que más ha ayudado ha sido la adopción de los medios de comunicación social, que han tendido un puente gracias al que las distancias se han hecho mucho más cortas, requiriendo únicamente una conexión a internet.
No obstante, esto también ha hecho aparecer oportunidades de negocio a escala mundial para vender, no solo crear relaciones.
Las relaciones son de muy distinta naturaleza, pero vamos a asumir que las que estamos buscando son de calidad, y que más adelante nos permitirán conseguir oportunidades de negocio, pero basándonos siempre en ellas y usándolas de un modo adecuado.
Piensa en una persona con la que tengas una buena relación. Ahora piensa en otra. Y ahora, piensa en una tercera. ¿Ves los puntos comunes a todas ellas? Puede que sea la confianza que tienes en ella, o los gustos comunes, pero siempre hay un factor que pesa más que los demás.
Esto me hace plantearme lo siguiente:
❤️Si funciona con las personas, ¿por qué no con las marcas? Share on XPara ello tenemos que plantearnos si estamos hablando a la gente o con la gente, un matiz que puede pasar desapercibido y que, aunque no lo creas, es muy importante, ya que determina cuál es nuestra actitud hacia las personas.
Si hablas a la gente estás mandando un mensaje unidireccional en el que lo importante es lo que tú dices, igual que un telepredicador americano, con lo que no hay garantías de que tu mensaje llegue al público que quieres. Si no, acuérdate (seguro que has hecho esto alguna vez) de cuando estabas en clase y el profesor estaba hablando. ¿Siempre estabas con los cinco sentidos puestos en las explicaciones, o te distraías pensando o haciendo otras cosas?
Pero al hablar CON la gente estás participando de ellos tanto como ellos participan de ti. Compartes opiniones, conoces puntos de vista, les conoces a ellos un poco más. Creas una relación con tu comunidad, con tu usuario o tu cliente.
A menudo olvidamos que no somos los que mostramos el camino, sino con quien lo comparten los usuarios.
Ahora voy a pedirte que pienses en la marca Ford. Sí, la marca de coches. Es una gran marca, y seguro que hace muchísimas cosas, pero, ¿a tí te importa mucho lo que haga? Haz lo mismo pero con Gandhi. Conoces su gesta, lo que hizo, pero, realmente tampoco tiene mucho que ver contigo, pero, aún así te puedes sentir más identificado con él de alguna manera. Este es el ejemplo de que nos sentimos más cerca de las personas que de las marcas, y es por este motivo por el que las marcas tienen que ser más cercanas, crear relaciones. Querer a tu comunidad.
¿Y tú, cómo quieres a tu comunidad?