Si existe una figura molesta dentro del ecosistema social, ese es el spammer.
El spammer es aquel usuario que inunda nuestros perfiles sociales con publicidad o mensajes no deseados. No obstante, hay distintos tipos de usuarios que pueden entrar dentro del perfil del spammer, como el bot o el falso perfil, que lo que esconde detrás es un robot que simplemente manda mensajes no deseados por el usuario.
También podemos encontrar al usuario que se autopromociona demasiado o el que hace demasiado llamadas a la acción. La autopromoción está bien, pero, no es buena idea pasar, precisamente, de la autopromoción al spamming.
Según la empresa Constant Contact, si echamos un vistazo a las Redes Sociales, podemos afirmar que Twitter es mejor que Facebook en cuanto a cantidad de spam se refiere. La red social de microblogging sólo da cabida al 1,5% de spam frente al 4% de Facebook. De hecho, son más de cuatro millones de usuarios los que tienen que sufrir el spam a diario, una tendencia que sigue al alza.
Debemos ser muy cuidadosos a la hora de no convertirnos en un spammer social.
Facebook tiene un sistema llamado “algoritmo Edgerank” que actúa como si fuese un filtro de spam. Si constantemente publicamos actualizaciones que no interesan a nadie, comentarios o cualquier otra cosa, este algoritmo disminuirá. Digamos que a más cosas publicadas que no interesen a nadie, menos Edgerank. En otras palabras, podemos spammear en el muro de otros con noticias o actualizaciones irrelevantes.
Además, si publicamos contenido irrelevante, los demás usuarios nos pueden denunciar como spam o dejar de seguirnos. Esto también hace que baje el Edgerank. El contenido es el rey, y esto lo demuestra una vez más: es necesario publicar contenido que cree engagement.
Es fácil identificar a un spammer: frecuentemente se esconden tras perfiles de usuario falsos y lanzan a la red solamente links o links acompañados de frases cortas, lo que puede resultar muy perjudicial para nuestra máquina al tratarse, generalmente, de enlaces infectados con algún tipo de malware.
Evitar el spam es algo beneficioso tanto para nosotros como para nuestros seguidores, ya que así evitaremos muchos problemas en nuestro ordenador, por lo tanto si localizamos a algún spammer, la práctica más recomendable es denunciarlo, y, en caso, más frecuente de lo que pensamos, de que una cuenta que seguimos habitualmente empiece a generar spam debemos ponernos en contacto con el usuario para que lo notifique a la red social.
El contenido ideal para publicar y no ser spammers es el que le interesa a nuestra audiencia, como ofertas especiales, promociones, contenido exclusivo. No olvidemos que al 53% de los usuarios hacen click en “like” para recibir descuentos y promociones.
Respecto al tipo de material, al 37% de los usuarios les gustan las fotos en Facebook, seguido por un 31% de usuarios que prefieren los vídeos. Los textos y los links, con un 27% y un 15% respectivamente no son tan del agrado de los usuarios. Esto demuestra que el usuario de Facebook prefiere un perfil, una biografía en la que el contenido se muestre de manera muy pero que muy visual, que sea fácil de leer.
Respecto a la frecuencia de posteo, se recomienda actualizar en Facebook una o dos veces al día, y en Twitter, lanzar no más de cuatro tweets por hora. Esto mejora el engagement de una forma mayor que si agobiamos a los usuarios con actualizaciones contínuas.
Este contenido debe ser fácil de compartir y de interaccionar con él, ya que así aumentamos las posibilidades de que los usuarios lo comenten y lo compartan, redactándolo de forma sencilla, personal e incluyendo llamadas a la acción.
Y no olvidemos que el 60% de los usuarios compran el producto de la marca que interactúa con ellos, por tanto no perdamos de vista la interacción.
Si quieres saber más acerca de la creación de contenidos para tu negocio o necesitas soluciones de copywriting para tu web, contacta conmigo.
Si te ha parecido interesante, compártelo, y si quieres postear este artículo en tu blog o website, contacta para evitar conflictos con el copyright.