A estas alturas, todos sabemos la importancia que tiene tener una buena estrategia de marketing de contenidos para nuestra marca o empresa, y cuál es el valor real de compartir y aportar a nuestra audiencia unos contenidos relevantes y de calidad.
El contenido es lo que va a crear una mayor vinculación con la audiencia, es lo que va a posicionarnos como expertos o referentes en un sector determinado, y, es aquello que facilita que la audiencia nos vea como alguien que aporta contenido de calidad, y, por lo tanto, interesante para ella.
Pero para que esto funcione, es necesario poner a funcionar la máquina.
Como todos sabemos, una máquina se nutre para su correcto funcionamiento de una serie de elementos: necesitamos una materia prima que la que vamos a transformar gracias a la máquina en el producto final. En este caso, la materia prima sería el Plan de Marketing de Contenidos, en el que se establezcan todas las especificaciones para que nuestra estrategia tenga éxito, como por ejemplo, la temática que vamos a abordar, la línea editorial que vamos a seguir, periodicidad de las actualizaciones y todo aquello que estimemos de importancia.
Frecuentemente encontramos determinadas máquinas en la que son necesarias una preparación de esa materia prima antes de ser utilizada para que dé el resultado óptimo esperado. En este caso, es el equipo encargado de ejecutar la estrategia de contenidos el que debe prepararlo todo antes de ponerse manos a la obra. Debemos saber con qué personas contamos para nuestra estrategia de contenidos. Es importante que nos respalde un equipo de profesionales en el sector, sea cual sea, para que los contenidos que generemos sean de mayor interés y calidad, puesto que ellos conocen perfectamente los temas más relevantes.
Pero, también necesitamos añadir a nuestra máquina algo que convertir, el producto, las ideas. Las ideas se van a convertir en esos contenidos finales, bien desarrollados, bien estructurados y comprensiblemente escritos.
A continuación, llega el momento de fabricar el producto. Es ahora cuando hay que ponerse “manos a los ordenadores” y desarrollar el contenido con las ideas que hemos añadido antes a nuestra máquina. Debe ser un buen contenido para que podamos diferenciarnos del resto.
Una vez tenemos creado el producto, es hora de crear una buena red de distribución y de difusión del mismo, de manera que pueda llegar no sólo a nuestra audiencia, sino a muchísimos más usuarios. En nuestro caso es exactamente igual. Una vez hemos producido ese contenido, ahora necesitamos compartirlo y difundirlo, y para eso las Redes Sociales constituyen un medio perfecto. Mediante nuestros perfiles sociales podremos hacer llegar a los usuarios nuestro contenido de forma efectiva para construir una comunidad alrededor de ese producto que es el contenido.
A partir de aquí, solo nos queda esperar que el cliente compre el producto, es decir, tenemos que esperar a la conversión. Si realizamos una buena campaña, esto ayudará muchísimo a tener una buena conversión, de lo contrario, nada de lo que hayamos hecho hasta ahora habrá valido para nada.
El último paso es analizar el resultado de esa estrategia, para eso será necesario establecer si los objetivos han sido cumplidos o si, hemos de modificar algún aspecto de la misma de forma que nuestro plan de contenidos pueda ser más eficaz.
¿Y tú qué opinas?
Interesante repaso sobre el marketing de contenidos y sus beneficios para las empresas. Gracias Inma!