Todo proyecto necesita una cabeza visible, una persona que sea el encargado de supervisar y gestionar el trabajo que se realice por parte de un equipo. Y ese es el Project Manager.

He conocido proyectos que prometían mucho, proyectos que nacieron de una gran idea, y que tras mucho tiempo de trabajo en el que hubo lugar y tiempo para muchos cambios, modificaciones y divagaciones, al final, acabó clausurándose, y no por la falta de trabajo de calidad del equipo, sino por falta de un líder con ideas claras y capacidad de gestión de ese equipo y que en su lugar, lo único que tenía era un conjunto de teorías que nunca acababan plasmándose.

Todo esto, me ha llevado a reflexionar. El equipo es fundamental para desarrollar un proyecto de calidad, pero, necesitamos un organizador, un director de orquesta que nos marque los tempos y dé entrada a cada instrumento, que nos diga cuándo tiene que entrar un trombón y cuándo tiene que haber un silencio.

Así pues, un líder, un project manager debe ser proactivo, ser capaz de crear una relación con su entorno, con su equipo, una relación que favorezca mucho el trabajo de cada uno y que sea capaz de reconocer a cada uno de los miembros de su equipo la labor que realiza.

Un responsable de proyecto necesita tener la humildad de reconocer cuándo sus decisiones y sus acciones son equivocadas e inadecuadas y de dejarse aconsejar por los miembros de su equipo, porque no olvidemos que nadie lo sabe todo, pero todos saben algo. Además, siempre hay expertos en un campo dentro de un equipo.

El Project Manager debe ser coherente con sus actos y con lo que dice. He conocido a muchos Project Manager que no sólo han tomado decisiones erróneas basadas en su propio ego, sin dejarse aconsejar y haciendo caso omiso a compañeros que saben más que ellos en una determinada parcela. Son responsables de proyectos que pretenden controlarlo absolutamente todo, desde la comercialización del proyecto hasta los copys de la web, sin tener en cuenta a los expertos, e incluso modificando el trabajo desarrollado por éstos.

La confianza de los trabajadores en su Project Manager es fundamental para el éxito de un proyecto, una confianza que se gana siendo coherentes en lo que se hace y en lo que se dice, como hemos dicho antes. La confianza se construye con el tiempo y se desarrolla escuchando, actuando como un líder, permitiendo a los trabajadores realizar con libertad su labor, aceptando la responsabilidad. Parece mentira, pero es más común de lo que creemos encontrar Project Manager que pretenden manejarlo todo, sin dejar espacio para nada más.

La comunicación es algo que debe primar en un equipo de trabajo de forma que cada uno comprenda perfectamente cuál es su labor y que se cree una relación de confianza entre todos, basándose en alinear objetivos y acciones, plan y estrategias. De la comunicación nace la convicción para lograrlo, y por supuesto, la colaboración entre todo los miembros, incluído el responsable del proyecto. Los Project Managers deben permitir a los demás compartir la responsabilidad y compartir el conocimiento, la creatividad y la experiencia de los demás creando sinergias.

¿Añadirías algo más? ¿Has conocido a alguno así?

 

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