Pese a lo que parecen pensar muchas personas que se dedican a robar contenidos de terceros, la creación de contenidos es algo muy complicado y que en ocasiones se antoja harto difícil y tedioso, ya que no sólo se trata de ponerse delante del ordenador con la hoja de Word y ponerse a rellenar la página con palabras, sino, que se trata de todo un proceso que requiere mucho trabajo y mucha imaginación, además de una búsqueda que a veces se hace complicada en busca del tema perfecto para nuestro post.

No viene mal que recordemos la importancia que tiene el marketing de contenidos como medio de crear engagement y valor añadido a nuestros usuarios, y, que, permite a la marca que representamos, o a la propia si estamos creando y desarrollando nuestra marca personal, posicionarnos en nuestro sector con uno u otro status. Es fundamental ofrecer algo a cambio de la lealtad de nuestra comunidad, y ese algo son contenidos de la mayor calidad posible.

Así pues, podríamos decir que este proceso pasa por una serie de fases ineludibles y que culminan en la publicación del post en nuestros blogs.

Este proceso empieza por hacer un trabajo de campo para averiguar cuál o cuáles son los temas no sólo más de actualidad, sino, cuáles son los más interesantes para nuestra audiencia, lo que podemos averiguar fácilmente echando un vistazo a las redes sociales y sondeando a nuestra audiencia. También es preciso analizar cuáles de esos temas ya están más que trillados, ya que nuestros posts no causarán el impacto deseado, y, en caso de tener que escribir un post acerca de algo que ya ha sido más que tratado en otros artículos, hallar la forma de darle un nuevo enfoque, encontrar un punto de vista distinto que pueda aportar el mismo o más valor que el resto de los artículos.

Las ideas son el pilar fundamental de nuestro artículo, ya que es lo que reflejamos en el post. Pero no se pueden arrojar a lo bestia, es necesario ordenarlas adecuadamente y con un órden lógico, de forma y manera que nuestro post siga un hilo comprensible y no sea simplemente un batiburrillo de ideas inconexas y sin sentido.

Una vez tenemos ordenadas las ideas es hora de plasmarlas en “el papel”. Necesitamos seguir la estructura planeada, sin apresurar el final del post, y por qué no, dejándonos llevar, dejando que las ideas en nuestra cabeza fluyan y siendo siempre flexibles, puesto que, muchas veces, cuando escribimos, divagamos un poco, y eso tampoco está mal, claro, hasta cierto punto. Eso sí, tenemos que tener la habilidad de saber explicar nuestras ideas de forma clara y comprensible, ya que, y esto siempre hay que tenerlo presente, cuando escribimos lo hacemos para los demás, no para nosotros, por lo que un recurso muy bueno es la ejemplificación.

A la hora de publicar el post debemos darle el formato adecuado. No vale crear un bloque de texto inmenso que no podamos escanear, ya que esto es lo que hace el lector para ver si se para a leer o no el artículo. Una buena práctica es resaltar algunas palabras, dejando ver al lector cuáles son los puntos clave del artículo.

Crear contenidos no sólo implica escribir artículos, crear infografías o vídeos, sino también supone que lo vamos a viralizar de forma adecuada, en los canales más óptimos para nosotros. Nuestro objetivo es llegar a tantos usuarios como sea posible, por lo que debemos hacer que el contenido sea lo más accesible que podamos.

La creación de contenidos, como dije antes, es un proceso por cuyas fases hay que pasar, y, a pesar de la importancia de los creadores de contenidos, no se les da la importancia que en mi opinión tienen, ya que son ellos los que soportan todos los contenidos que se comparte en las redes sociales, son la espina vertebral y sin ellos, no habría nada que compartir ni leer.

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