Todos los que somos usuarios en Facebook, tanto como usuarios normales como profesionales, hemos experimentado en nuestras carnes alguna vez el subidón de adrenalina que se genera en nosotros cuando vemos que alguna de nuestras actualizaciones compartidas en esta red social es muy popular y que hay muchas personas que han interactuado con ella, ya sea leyéndola, haciendo “me gusta” o compartiéndola.

Ese, amigos, es nuestro minuto de gloria. Nos sentimos los reyes del mundo. ¿A que sí?

El ego no es cuestión de profesionales o no profesionales, es algo muy humano, y tanto si trabajamos en lo dospuntocero como si somos meros usuarios, siempre que compartimos algo en Facebook, ya sea una infografía, una foto, un vídeo o un artículo, lo hacemos para que los demás lo encuentren interesante y de utilidad, y para darnos mayor visibilidad. Es un hecho probado.

Ahora bien, no podemos esperar alcanzar esa popularidad y esa visibilidad si no somos capaces de utilizar Facebook de forma adecuada.

Así pues, ¿cómo usar Facebook para lograrlo?

Bueno, es necesario que nuestra presencia en Facebook no sea intermitente, que no publiquemos hoy una actualización y otra la semana que viene, ya que eso genera una imagen de inactividad en esta red social en la que la información que compartimos dura más que en Twitter, sí, pero necesita una actualización constante. La cuestión es permanecer en la mente de nuestros usuarios el mayor tiempo posible.

Una buena idea es intentar averiguar cuál es la mejor hora para publicar nuestras actualizaciones, para lo que es necesario tener en cuenta el tipo de negocio que tenemos o a qué horas se conectan más nuestros usuarios potenciales, para que de esta forma, podamos conseguir el mayor impacto y la mayor visibilidad posibles.

Por otro lado, y esto lo he dicho muchísimas veces, lo visual impacta más que lo escrito, por lo que es muy buena idea utilizar imágenes que impacten en el usuario, así como que el texto que escribamos en nuestro muro sea simplemente, a modo de introducción, sobre todo, considerando que los posts entre 100 y 150 caracteres proporcionan un 60% más de interacción que otros más largos.

Es imprescindible, además, que la información que proporcionemos sea relevante, y que la comuniquemos con nuestra propia voz. Tampoco podemos olvidar que la comunidad no hará nada si no sabe qué quieres que haga, por lo que es imperativo añadir una llamada a la acción, ya sea hacer “me gusta” o conseguir subscripciones al blog/web.

Ofrecer contenidos diferentes y de valor y crear un sentido de urgencia (es decir, que si no hacen algo ahora no podrán conseguir algo) nos puede ayudar también a ser más relevantes en Facebook, proporcionando la información y transmitiendo nuestro mensaje de una manera divertida, en la medida de lo posible, haciendo que la comunidad no se aburra.

¿Y tú, cómo lo haces?

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