Si bien el Community Manager es una pieza fundamental en una empresa, algunas personas consideran que es la gallina de los huevos de oro. El trabajo que desarrolla un Community Manager, y de eso no hay ninguna duda, es multidisciplinar, puesto que, y más en nuestro país, debe ser capaz de realizar múltiples tareas que van desde escribir un artículo para alimentar un blog hasta realizar Planes de Reputación, haciendo de la versatilidad su estandarte.
En ocasiones olvidamos cuál es el verdadero rol natural del Community Manager, gestionar comunidades. Esto significa que es el profesional encargado de hablar con la comunidad, el enlace entre comunidad y marca, el responsable de saberlo todo acerca de los usuarios y de conocer cada conversación en la que la marca está presente, pero de ahí a tener que hacer estrategia… Pues las tienen que hacer.

Con este panorama son muchos los que se preguntan: “Si tengo un Community Manager, ¿para qué necesito un Social Media Strategist?”

Bueno, debemos partir de la premisa que, aunque se vea obligado para conseguir trabajo además de ser aconsejable, el Community Manager no tiene porqué saber de estrategia, aunque sí es positivo no sólo para tener un abanico profesional más amplio, sino para aportar más valor a su propia comunidad.

El hecho de tener en nuestro equipo un Community Manager no nos garantiza tener buenas estrategias, y no olvidemos que una buena estrategia es aquella que satisface las necesidades de un cliente y le ayuda a crecer y a tener éxito. Así, aunque el Community Manager sepa cómo resolver de la mejor manera posible un posible fuego o atajar un mal comentario acerca de la marca a la que representa o sobre él mismo, no tiene porqué saber plantear una estrategia. Su trabajo es ejecutarla.

No podemos olvidar que una buena estrategia es la piedra angular de una buena presencia online, y que no tenerla adecuadamente planteada nos va a reportar muchos más perjuicios que beneficios, si es que proporciona alguno. El Strategist es el profesional que es capaz de aunar necesidad y estrategia, que es capaz de proponer cuáles son las acciones más adecuadas, cuáles son los mejores canales para una marca.

Un estratega conoce muy bien el sector en el que se mueve, conoce las tendencias, y debe ser afín con la marca, capaz de comprometerse con ella, y, por supuesto es consciente de que una mala reputación es lo peor que le puede pasar a una marca y a él mismo, por lo que debe estar curtido en gestionar crísis de reputación.

No debemos caer en el error de pensar que por tener un brazo no necesitamos el cerebro. En nuestro cuerpo el cerebro es el que da la orden de moverse a esta extremidad, visión frente a acción, no son excluyentes, sino que se necesitan mutuamente.

¿Necesito un Community Manager? Sí, por supuesto, pero también a un Strategist.

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