Uno de los principales escollos con los que se suelen encontrar todos aquellos emprendedores que intentan poner en marcha un nuevo negocio es la dificultad de encontrar financiación, sobre todo, en tiempos tan difíciles como los que actualmente estamos viviendo en nuestro país.

El problema no es la falta de mentes creativas de las que salen buenas ideas de negocio, sino, el hecho de que aquellos que tienen la posibilidad de hacerlo no están dispuestos a financiar a esas ideas por temor a que la idea no tenga éxito y perder el dinero invertido.

Pero repito, las ideas están ahí. Y las hay francamente buenas.

Hay emprendedores, a pesar de las dificultades, pero no hay inversores.

Mi madre siempre solía decir que en esta vida no hay que depender de nadie si queremos salir adelante, que hay que ser como Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como), y esa misma filosofía es la que está ayudando a estos emprendedores a montar su negocio.

Y es que el Bootstrapping es el Juan Palomo de los negocios.

Este modelo de financiación propugna el comenzar un negocio de cero, sin casi recursos o directamente sin ellos, sin financiación de terceros, simplemente con lo que nosotros mismos podamos aportar.

El Bootstrapping supone una alternativa muy interesante a la falta de financiación de terceros en nuestro proyecto, lo que nos permite, por lo tanto, no tener deudas. Por otro lado, mi madre también dice que “piensa más un necesitado que un abogado”, lo que significa que si queremos empezar un proyecto sin recursos ni posibilidad de inversión tenemos que ser más que creativos para poder competir con otras marcas y profesionales.

Sin embargo, la falta de inversiones puede hacer que nuestro proyecto no crezca por falta de liquidez, por lo que es importante encontrar algo que podamos vender con rapidez, permitiéndonos reinvertir los beneficios en el negocio. En estos casos, algo que podemos vender es precisamente el proyecto, aunque aún no esté plasmado, vendemos la idea, el concepto, aunque teniendo mucho cuidado de no vender humo.

Al tener que vender rápido, los clientes son el aspecto más importante, ya que sin clientes no hay ventas, y crear en ellos una expectación nos puede ayudar bastante.

¿Crees que realmente puede ser efectiva esta técnica?

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